«—¿Dónde está el niño?». Así empieza la novela. Os puedo asegurar que hacía mucho que no lo pasaba tan mal leyendo un libro, tanto que en alguna que otra ocasión lo tuve que cerrar por la ansiedad. Igual te parezco una exagerada, y con razón, pero es que Ciudad espejo dio de lleno en uno de mis peores miedos como madre, creo que rozo la fobia con este asunto. Lo cierto es que la sinopsis da algunas pistas, pero aún así, lo de los niños perdidos por obra de manos negras es superior a mí. Es probable que a ti no te provoque semejante angustia, pero sea como sea es una novela de terror que merece la pena leer. No en vano ganó el VI Premio de Novela de Terror ciudad de Utrera.
La novela va de un niño de seis años que, estando de compras navideñas con sus padres, se pierde (no diré cómo ni por qué). El caso es que acaba deambulando e internándose en una zona degradada de la ciudad, directo a la boca del lobo. La Odisea de Marc es la excusa para ahondar en ese inframundo de pobreza y desgracia que pasa desapercibido a ojos de los la "gente de bien". Es una crítica social nada velada que muestra un mundo sórdido y muy duro del que es complicado salir una vez caes en él. Pero hay más. Si ya es horrible vivir en la calle con lo puesto, imagina la amenaza de grupo de monstruos, cazadores psicópatas, que se aprovechan de la invisibilidad de los más desgraciados para dar rienda suelta a sus ansias de sangre.
Si algo no me gustó fue el final. Disfruté mucho del enfoque y el punto de vista durante gran parte de la novela, pero el giro final, que mezcla fantasía con ensoñación, me pareció un cambio de rumbo rocambolesco en comparación con el tono del resto de la historia. Eso no quiere decir que por separado no me gustara, soy muy fan del gore y los "monstruos del averno" así que, en cierto modo, también lo disfruté.
Ciudad espejo es un coctel explosivo, que a poco que te descuides te explota en la cara y te deja hecho polvo. Es una historia dura, no apta para padres, pero emocionante y terrorífica a partes iguales. Muy, muy recomendable.
El Gatito Baldomero dice:
¡Está genial!