Para leer: Cincuenta sombras de Grey, de E.L. James

Que conste que esa de la foto no es la prota de la novela, qué más quisiera ella, soy yo preparándome para hacer la reseña. Me puse el mono de cuero porque hacerme la foto en tanga me pareció excesivo, no es plan de enseñar el culo en el blog.

Allá voy… ¡Chas, chas!

De: Laura S.B.
Fecha: 14 de Diciembre de 2012 8:00 (hoy he madrugado)
Para: Christian Grey
Asunto: Su látigo está flácido

Mi querido Señor Grey:

Dígame, ¿por qué me ha engañado tan cruelmente? Yo pensaba que usted era un amo de los de toma y daca, de los de espérame en tanga que voy a por el látigo y vas a flipar, pero al final ha resultado que usted es un blando, un guaperas con mucha pasta tirando a convencional, vamos, que es una especie de Espinete sin pijama. Ya sé que el amor ablanda, que le pone a uno tontorrón, pero ¿no se supone que es usted duro e inflexible? Aaah, ya sé… Es que no es más que el típico macho despótico y hermético, que pretende ser impenetrable, pero que en cuanto se le cruza la primera pazguata veinteañera con problemas de autoestima se me viene abajo y se transforma en un osito necesitado de mimitos. Claro que no lo reconoce hasta el final porque tiene un papel muy importante que representar y una reputación de amo dominante que mantener.

Me ha decepcionado, señor Grey, usted y su látigo.

Siempre suya;

Laura S.B.

Cincuenta sombras de Grey es la novela más vendida en estos últimos meses, una novela que nos han colado como tórrida, escandalosamente sexual y que nos prometía perversiones a tituplén. Siento decepcionaros, chicas (y chicos), pero en esta novela no vais a encontrar sexo duro porque las relaciones entre estos dos personajillos son más convencionales que el helado de vainilla (ejem). Eso por no hablar de los clichés que rezuma la novela por doquier.

He de reconocer que he ido al grano, solo leí las escenas de cama (que ocupan gran parte del libro y son muy explícitas, todo sea dicho de paso) y poco más del argumento. El resto de la vida de la señorita Steele me la ha traído al fresco porque ni me interesaba, ni me entretenía, ni me pareció que aportase gran cosa al conjunto en general. La pobre es tonta y punto, típica hasta rozar lo insoportable, una joven tímida y con problemas de autoestima que se corre simplemente porque el señor Grey le sopló en la oreja. ¡Pero qué poderío tiene este hombre madre mía! Sinceramente, si por mí fuera, a la señorita Steele la azotaría hasta arrancarle la piel a tiras y a su diosa interior, esa que no para de interrumpir la acción durante todo el libro, la quemaría en la plaza mayor para regocijo de todos los vecinos de la aldea.

Al señor Grey no le pegaría, pobrecito, con todos los traumas que tiene de cuando chico es comprensible que sea así. Qué mal lo pasó con su madre adicta al crack y sus novios maltratadores. Claro que visto así es normal que a Christian Grey le guste el sado, todo el mundo sabe que el hecho de haber tenido una infancia traumática acaba degenerando en este tipo de prácticas sexuales... No, al señor Grey no hay que pegarle, al señor Grey lo que hay es que regalarle un Teletubbie que le de muchos abrazos. ¿Le mandamos a Tinky Winky? Según dice la gente también tiene tendencias sexuales un poco particulares y lo mismo hasta hacen buena pareja.

Vamos, que lo que vengo a decir es que Cincuenta sombras de Grey es una novela romántica adulta del montón, y que si no fuera por la campaña publicitaria tan bestial que ha tenido (sin merecerla) no se habría comido ni una… ni un colín, ¡colín!

Como sobre la novela no hay mucho más que hablar (aparte de que por lo visto van a hacer una película, cómo no), os dejo con una canción que define infinitamente mejor el sadomasoquismo en unas pocas estrofas que las taitantas páginas de 50 sombras, que además es una trilogía, ¡toma pastillas de goma!

La canción se titula Dominatrix, cantan Las Siux, en la película El calentito. El vídeo se ve un poco chof, pero se escucha bien que es lo que importa.

El gatito Baldomero dice:

¡Sin cariño ni amistad!