¡Feliz Fin del Mundo!

Adiós infame 2011, te has portado mal conmigo, y con otros muchos, así que no te echaremos de menos. Cambiamos de número y como es habitual siempre guardamos esperanzas de que el nuevo año se porte mejor que el anterior. Ya llevo mucho tiempo sin decir aquello de "que me quede como estoy". ¡Por favor, que no me quede como estoy!, a ser posible que la situación mejore un poquitín, es lo único que le pido al 2012.

La pega es que, según dicen, nos queda un año para que se nos acabe el chollo terrenal. Bueno, no hay que ser tan tremendista, es posible que lo único que suceda sea un cambio (como auguran otros tantos). Un cambio, por otro lado, más que necesario si tenemos en cuenta la situación económica mundial.

Pero puestos a divagar... ¿Cuál sería vuestro Fin del Mundo perfecto?

Hay quien se decanta por los desastres naturales. Tal vez una nueva glaciación que deje en manos de los pingüinos el dominio mundial, o un cambio climático tan drástico que acabe de un día para otro con las plantaciones de repollos, ¡¿Qué será de nosotros sin repollos?!

Aunque tal vez no sea eso sino una invasión de alienígenas obsesionados por el funky y que acabarán exterminándonos de cansancio.

Luego está la teoría del cometa. Esto me parece poco original ya que una de las teorías que apoyan la extinción de los dinosaurios es precisamente esta. Sería cómico acabar de la misma forma que aquellos lagartos.

Posibilidades hay muchas, incluso creo posible que los castores por fin decidan organizarse y atacar nuestras presas y reservas de agua, sería una buena estrategia, para ser castores no estaría nada mal y nos darían una lección de humildad...

Pero tengo una sensación en la boca del estómago que me dice que no pasará nada de esto. No habrá desastres naturales, no habrá invasión extraterrestres y no habrá una guerrilla castora, lo que acabará con la humanidad va a ser un virus ponzoñoso creado artificialmente por alguna mente enferma y aficionada a las pelis de zombis. Sí, señores, zombis a tutiplen, correteando por las calles, por los centros comerciales, por los parques de atracciones y por tu casa.

Preparad las armas; las catanas, el cuchillo jamonero y las escobas porque vamos a tener que dar muchos palos en el 2013 si queremos sobrevivir y que no nos coman. Esperemos que al menos sean de los zombis que andan y no de los que corren porque si no más de uno vamos apañados.

Y después de este post con tan agorero y tan cargado de optimismo os deseo de todo corazón:

Feliz año nuevo, el año que recordaremos como el año del Fin del Mundo.