Para leer: El Bufón de Christopher Moore

Mmm… Mmmmm… Qué difícil es hacer una reseña sobre un libro que te ha decepcionado y que además es de un autor al que adoras. A veces pasa, si me sucedió con Pirómides de Terry Pratchett puede pasar con cualquier otro. Lo malo es que no sé por dónde empezar.

El bufón apareció hace poco en nuestras librerías, tanto es así que en internet pocas opiniones he podido leer, y lo más curioso es que de las pocas que hay todas son buenas, o casi (a lo mejor soy yo la rara). Evidentemente que guste un libro es cuestión subjetiva y la verdad es que El bufón no ha cumplido las expectativas que tenía sobre él.

La novela es una parodia de una obra de Shakespeare, El rey Lear, contada desde la perspectiva del bufón de la corte al que se le conoce como el Bufón Negro, o Bolsillo, para los amigos. Bolsillo es muy querido por el propio rey y por este motivo cuenta con cierta inmunidad que le otorga total libertad para hablar y decir lo que le venga en gana y a quien quiera, sea de la posición que sea. La obra original no la he leído pero se trata de un drama por lo que de El bufón me esperaba una visión irónica e inteligente, ya que estamos hablando de un autor que se dedica a la comedia. O al menos de eso presume el propio Bolsillo, pero la verdad es que el ingenio no se lo vi por ningún lado. Posiblemente se lo dejaba a diario en la letrina. Los supuestos comentarios que debían ser agudos y mordaces se quedan en insultos fáciles y ordinarios. El hecho de la advertencia del principio y las disculpas posteriores del propio autor, no redime el hecho de la vulgaridad que desprende el protagonista. Porque seamos sinceros, para enano perspicaz y sarcástico ya tenemos a Thyrion Lanister, él sí que sabe insultar y ser irónico con estilo. Algo así me esperaba de Bolsillo, y lo cierto es que no ha llegado ni por asomo.

Tanto el abuso del lenguaje burdo como el exceso de referencias o escenas sexuales han conseguido distraerme de la trama, que posiblemente esté bien hilvanada pero como ya digo me he despistado tanto que ni me he parado a analizarlo, estaba más entretenida en todo ese fornicio gratuito.

“-Dos papas se están cepillando a un camello detrás de una mezquita, cuando se acerca un sarraceno y…
-¡Sólo hay un papa verdadero! –exclamó Cornualles, ese altísimo torreón de esmegma maliciosa.
-Es un chiste, gilipollas –repliqué yo-. Abandonad por un instante vuestro escepticismo, joder, ¿me haréis ese favor?”


“-Te diré que soy a la vez mayordomo y chambelán, así como apreciado consejero de la duquesa.
-Un verdadero abanico de títulos os ha otorgado, para que os columpiéis en él. Y decidme, ¿todavía respondéis a los de comemierda y sapo inmundo, o ésos ya son solamente honorarios?”

No por incluir más palabrotas el humor se torna más negro. Al menos eso opino yo. Lo que sí es cierto es que tuve la ligera sensación de que es un tipo de humor dirigido quizás al público masculino más que al femenino. Sobre todo si tenemos en cuenta que aquí las mujeres, aparte de ser unas arpías traidoras, se las tienen por jacas a las que cabalgar. Y, un poco furcias también son, todo hay que decirlo.

¿Es posible que la intención de Moore al escribir esta novela haya sido precisamente la de levantar ampollas? ¿La simple polémica que tanto vende? Es una posibilidad, porque ciertamente el planteamiento de El bufón queda muy lejos de historias como El ángel más tonto del mundo o Un trabajo muy sucio, novelas con un gran sentido del humor, negro a veces, y nada pretenciosas, pero al menos con gracia.

Otra cuestión en la que he reparado últimamente, y basándome en varias obras, es que cuando un autor se ve obligado a escribir un epílogo para explicar por qué su obra es como es, mal asunto, muy mal asunto...

El gatito Baldomero dice:

Me dejó helado...