Para leer: El ángel más tonto del mundo de Christopher Moore

Dicen que las comparaciones son odiosas, en muchos casos lo son, pero lo que no entiendo en qué se basan para comparar a Christopher Moore con Terry Pratchett. Sólo porque ambos escriben ese tipo de comedia absurda no me parece apropiada, ni acertada, la comparación.
Había escuchado hablar muy bien de este autor, cuando leí que recordaba a la pluma de mi idolatrado Pratchett pensé en probar alguna de sus novelas. Así que me hice con El ángel más tonto del mundo. Y sinceramente, decir que estos dos autores son comparables es como decir que Hillary Clinton y Madonna son parecidas por el hecho de ser rubias. Imagino que se trata más de un truco de márquetin que de un hecho fundamentado.

Salvando esta introducción, que era más que necesaria porque si no lo comentaba era posible que hubiese reventado, la novela es muy recomendable y me ha gustado, aunque mis expectativas fuesen otras cuando la empecé a leer. Si bien es una novela muy divertida, con algunos puntos absurdísimos, repleta de humor ácido y unos personajes muy pintorescos y excéntricos, no ha conseguido arrancarme más de alguna que otra sonrisa. Esperaba algo más desternillante según los comentarios que había leído previamente sobre el autor, y según lo que prometía la contraportada.

También me pregunto el porqué de ese título; El ángel más tonto del mundo. Sí hay un ángel, sí es un cuento de Navidad muy atípico, pero la presencia del angelito se limita a:

1-Ser atropellado por un coche.
2-Hacer un milagro navideño un tanto desafortunado.
3-Que le inviten a tomar chocolate caliente.

La trama principal de la novela ronda alrededor del asesinato de un Santa Claus muy detestable. Dale, disfrazado de papá Noel, sufrirá un desgraciado encontronazo con su ex, Lena, que en defensa propia acabará abriéndole la cabeza con una pala. Un niño de siete años presencia la escena y su único deseo será que su querido Santa resucite para poder tener unas Navidades medianamente decentes. Sus plegarias son escuchadas por un ángel, que en sus buenas intenciones de complacer el deseo del niño y hacer un milagro acaba, no sólo resucitando a Dale, con su disfraz, sino a todos los difuntos del cementerio. Y ya se sabe que los muertos cuando reviven vuelven con hambre, sobre todo de cerebros, y estos además con unas ganas incontenibles de ir a Ikea.

Aunque realmente el tema principal se basa en las relaciones de pareja, en la soledad y en la necesidad de compartir con alguien la Navidad. La trama gira en torno a algunas parejas que pasan tanto por encuentros inesperados como rupturas o crisis matrimoniales. Sin embargo los personajes son tan pintorescos y especiales que todos estos enredos resultan muy simpáticos y entretenidos.

A destacar: Molly Michon, la Nena Guerrera Allende la Frontera, una actriz de acción de pelis de serie B retirada, un poquito paranoica y a la cual acompaña el “narrador”, su voz interior a la que odia y que siempre viene cuando deja de medicarse. Bueno también se cree que es la Nena Guerrera cuando le faltan sus pastillas, y va por ahí desnuda y con su espada destrozando cosas.

Y el genialísimo Roberto, el murciélago de la fruta, tan adorable con sus Ray-Ban en miniatura, y que al parecer puede hablar, sólo que dejó de hacerlo por algún tipo de trauma.
Hay otros personajes muy bien caracterizados pero estos dos son mis prefes, os dejo a vosotros que descubráis cuales son los demás.

En definitiva, El ángel más tonto del mundo es una novela muy entretenida, de lectura ágil y rápida, llena de buen humor y con la que pasar unas horitas de distracción.

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