Nueva sección en Léoen: Susto o Muerte

Uno, dos, canta a viva voz
Tres, cuatro, el hombre del saco
Cinco, seis, decid lo que veis
Siete, ocho, cómete un bizcocho
Nueve, diez, ¿dónde está Fred?

Con estas pistas imagino que ya sabréis con qué personaje voy a inaugurar la nueva sección terrorífica del blog. Bueno, para los que no andan muy espabilados os daré unos minutos para pensarlo, el tiempo justo para explicar de qué tratará esta nueva sección.

No es ningún secreto que soy fanática de las películas de terror (sobre todo del cine zombie), y recapacitando sobre el contenido del blog caí en la cuenta de que le faltaba algo muy importante; le faltaba ese tinte color carmín, esa musiquita que de por sí ya te asusta, esos sótanos mugrientos donde a pesar de saber que te pillará el malo bajas para cotillear a ver qué hay, esas chicas de pechos turgentes que son capaces de romper copas de cristal con sus gritos… en definitiva, le faltaba una pequeña dosis terrorífica ¡¡MUAHAHAHA!!
En la sección Susto o Muerte os traeré esas películas del género de terror que me han encandilado, o que simplemente son tan entrañables como para dedicarles una lectura. Miedicas y caguetas abstenerse porque esto da mucho, mucho mieditooo… Bueno, en realidad no tanto :P

Se acabó el tiempo, espero que ya tengáis la respuesta a la adivinanza del principio. ¿A qué personaje preceden esas adorables niñitas de blanco que cantan esa cancioncilla?
Al inigualable, al único, al irrepetible y más mítico asesino-psicópata y loco piroco de la historia del cine de terror… Freddy Kruegger. Como veis comenzamos la sección con uno de los grandes mitos del género y su conocidísima saga Pesadilla en Elm Street (y al que me diga que no lo conoce le achucho al Freddy esta noche).


Que esta saga sea una de mis preferidas no es una casualidad. Por muy poquito que le conozcáis seguro que sabéis que Freddy utiliza los sueños para cazar a sus víctimas, y cualquiera que haya leído mi novela El juego de Claudia se dará cuenta de lo mucho que me fascina el mundo de los sueños o las pesadillas. Hasta la fecha las muertes más originales que he llegado a ver en la pantalla han sido las provocadas por Freddy. En un sueño puedes convertirte en una cucaracha, un superhéroe, un samurái o entrar dentro de un videojuego, hay tantas posibilidades como soñadores, en este caso soñadores de pesadillas, de las que además no podrán escapar con vida.
Pero vayamos por partes, empecemos por el principio de la saga, que es bien larga (no tanto como Viernes 13, que esa se las trae).


El personaje de Freddy apareció por primera vez en Pesadilla en Elm Street, en el año 1984, película dirigida por Wes Craven, su creador. Hasta el año 2003 el personaje de Freddy fue interpretado por Robert Englund, y a mi parecer debería ser el único Freddy ¬¬

La saga cuenta con nada menos que 6 películas, más las posteriores secuelas y remakes:
Pesadilla en Elm Street (1984).
Pesadilla en Elm Street 2: La Venganza de Freddy (1985)
Pesadilla en Elm Street 3: Guerreros del Sueño (1987)
Pesadilla en Elm Street 4: El amo del sueño (1988)
Pesadilla en Elm Street 5: El niño de los sueños (1989)
Pesadilla en Elm Street 6: La muerte de Freddy (1991)

En la última mataron al pobre Freddy, y lo mataron bien muerto porque lo sacan del mundo de los sueños y le dan una buena tunda en la realidad (en esa peli Freddy cobra de lo lindo). Pero no tardaron mucho en hacer una secuela. En 1994 llegó Pesadilla en Elm Street 7: La nueva pesadilla de Wes Craven. Esta secuela es muy particular, ya que la protagonista es la actriz de la primera parte, que interpretaba a Nancy en la primera película. En la vida real de esta actriz empiezan a suceder cosas muy extrañas, y sufre de pesadillas que se tornan reales. Aparece también el intérprete del propio Freddy, haciendo de sí mismo (como todos los demás), e incluso Wes Craven aparece en la película. Mientras Wes está escribiendo un nuevo guión para otra película de Freddy (tras 10 años de su muerte cinematográfica), los sucesos que escribe basándose en sus propios sueños se van haciendo realidad. Freddy quiere ser real y vuelve más malvado y terrorífico que nunca.

Y por si esto fuera poco en el 2003, hartos de películas de terror sin ningún fundamento y sin asesinos con garra, nos presentaron un versus muy peculiar en Freddy contra Jason, donde se enfrentaban los dos grandes del cine de terror.


La cosa debería haber quedado ahí, pero no, tenemos una nueva versión de Pesadilla en Elm Street en este 2010.


Eso de ahí arriba no es un muñeco de plástico, ni un tío con una careta de Halloween, es el nuevo Freddy Kruegger. Jackie Earle Haley, en su momento, bordó el papel de Roschard en la adaptación de Watchmen a la gran pantalla, pero lo siento mucho, Freddy es inimitable e insustituible, y mucho menos teniendo en cuenta la genialísima versión (nótese la ironía) que se han sacado de la manga. Cuando vi el tráiler decidí no ver ésta nueva película, por la sencilla razón de que me parecía un fiasco, y después de verla (cosa que hice por el bien de éste artículo) puedo afirmar que no me equivocaba. Salvando la diferencia abismal entre un personaje y otro (véase la imagen. Pero qué chispa tenía el Freddy original y que simpatiquillo que era), tengo que decir, y con mayúsculas, que SE HAN CARGADO EL MITO. O se han pasado por el forrillo la historia original, como gustéis.


Ahora resulta que Fred Kruegger era un jardinero que trabajaba en una escuela, que vivía en el sótano de susodicha escuela y que era un pederasta, al que descubren los padres de los niños, que ni cortos ni perezosos en vez de denunciarle lo queman vivo. Pues el hombre se mosqueó y volvió para matar a todos esos niños por medio de los sueños (y que conste que ni explican porqué adquiere ese poder). Si lo comparamos con la historia original, Fred Kruegger era hijo de una monja, violada por unos locos de un manicomio, adoptado por un borracho que gustaba de maltratarle, se casó y tuvo una hija. Ya luego resultó que su hobby era matar niños del vecindario. Fue después de que quedase absuelto, por un error de la justicia, cuando los padres de los niños decidieron acabar con él. Ahí fue cuando los demonios del sueño hicieron un pacto con él para dotarle de vida eterna en el mundo de los sueños.

Como veréis cualquier parecido con la idea original es pura coincidencia. Es más Elm Street, la calle donde estaba la famosa casa de Fred Kruegger, aquella con la puerta roja y las ventanas apuntaladas, en la nueva versión sólo es un cartel, que imagino que lo pusieron por compromiso. La casa de Freddy ni existe, ya que vivía en el sótano de un colegio infantil.

En resumen, que para qué se empeñarán en destrozarnos la infancia con tanto remake absurdo, infiel y despiadado. Y es que Freddy no hay más que uno.