30 may 2010

No me toques las narices que a ver si te las voy a tocar yo a ti


Me sumo al Meme que empieza a surcar la blogosfera. Yo me lo encontré en el blog de Anabel la ventana de los libros, y me ha parecido una buena idea. Así que voy a desahogarme un poquito enumerando algunas de esas cosas que me sacan de quicio, vamos, que me tocan los cojopiiiiii, y eso que no tengo.

Se trata de hacer una lista con 20 cosas que te tocan la moral. Mi lista queda así (aunque podría seguir hasta el infinito y más allá).

Me toca las narices:

1. Que me pite el coche de atrás cuando me paro en un semáforo en ámbar.
2. Que se vaya la conexión de internet justo cuando le di a enviar al correo.
3. Que en el trabajo todo sea “para ayer” cuando el cliente tuvo un mes para pedirlo.
4. Que estalle el bolígrafo y me ponga bonita de tinta.
5. Que los cartones de leche recién abiertos, siempre, siempre, se derramen al verterlos la primera vez.
6. Los vecinos sorderas adictos al reguetón y al bacalo (los peores son los fans de los Chichos), y que además uno de esos vecinos viva en mi casa.
7. Que se acabe el papel del váter y no me haya dado cuenta hasta que acabé.
8. Que exista gente que piensa que” las Meninas” las pintó Cervantes, o que Cristobal Colón descubrió África.
9. Que el jefe me diga que no tengo ni idea cuando él, por no tener, no tiene ni el título de FP.
10. Que existan los canis (pokeros, malotes). Sobran las explicaciones, ¿no?
11. El fanatismo de Sevilla en Semana Santa.
12. Que me ponga mala en fin de semana o cuando es puente. Qué casualidad que nunca me pasa en lunes.
13. Que se termine la cerveza justo cuando cerró la tienda del chino.
14. Que a ese libro nuevo que compré le falten algunas páginas cuando voy llegando al final.
15. Que el aparcacoches (más conocido como gorrilla) me ralle la puerta del coche porque no tenía dinero para regalarle. Lo peor es cuando ves un hueco, aparcas, y de repente aparece un gorrilla de detrás de un seto, creo que conocen el secreto del teletransporte.
16. Que los políticos sean más marujas que políticos.
17. Que la gente con perro no recojan las cacas, y encima digan que es abono.
18. Que el vecino de enfrente me culpe de la caca que hay en la puerta de su casa, cuando yo NO tengo perro.
19. Las obras, de cualquier tipo, y más las que cuando crees que ya se han terminado las vuelven a empezar.
20. La infinita estupidez de la humanidad (comprobada científicamente, el experimento es fácil de realizar por cualquiera, sólo tienes que salir a la calle).


Se supone que hay que invitar a otros blogs a que se desahoguen, yo, como soy así de generosa, os invito a todos :D


29 may 2010

¡Lo tengo, lo tengo, lo tengo!


El 25 de mayo no llegaba nunca, pero sí, ya pasó, y ya lo tengo en mis manos: Nación, la nueva novela de Terry Pratchett.
Para qué os voy a volver a contar nada sobre él, sobre el maestro, sobre el genio. Mejor os dejo con el texto de contraportada, y también añadir que hay una adaptación al teatro de ésta obra.

"El día que el mundo se acaba...
... Mau vuelve a casa desde a isla de los Muchachos. Pronto será un hombre.
Y entonces llega la ola, una ola gigantesca que trae consigo una goleta, la Sweet Judy. Cuando el barco se estrella, sólo se salva un alma (dos, contando el loro).
La aldea ha desaparecido. La Nación ha desaparecido. Ahora sólo quedan Mau, una chica calzones y una gran cantidad de malentendidos.
Juntos deben crear una nueva Nación a partir de los restos. Crear una nueva historia.
Pero... ¿Dónde está la cerveza?
¿Quién protege la nación?
Además, la historia anterior no va a desaparecer, no al menos mientras los Abuelos conserven la voz. Y Mau debe mirar al pasado antes de enfrentarse al futuro."

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25 may 2010

Yo soy FRIKI porque el mundo me hizo así

Hoy los frikis estamos de enhorabuena. Hoy se celebra el día del orgullo friki. Sí, sí, los frikis, esos devoradores de libros, cómics, anime, música, coleccionismo… ¿Y cuál es el principal problema de ser friki? ¿Qué te miren raro por la calle? ¡Pues no! El gran problema de ser friki es la falta de espacio, porque con todos esos libros, cómics, dvds, figuritas de Batman, coleccionables de cartas, muñecos de tus series favoritas, uno ya no sabe dónde meter tanto trasto. Salvando ese problemilla espacial, hoy es un día para felicitarnos unos a otros, y para desempolvar nuestros disfraces de Naruto y Superman, para salir a la calle y liarla un rato con los colegas, y como no, visitar el Fnac.

Y no olviden ustedes tener cerca, durante el resto del día vuestras toallas. ¿Qué por qué? ¡Madre mía! ¿Pero qué clase de frikis sois? Hoy además del orgullo friki es el DÍA DE LA TOALLA, día conmemorativo en memoria de Douglas Adams. Todo autoestopista galáctico que se precie ha de llevar su toalla con él. Para saber más sobre este día pasen por la wiki.

Y no puedo olvidarme de felicitar, en el día de su santo, a ese personaje tan entrañable que nos hizo pasar muy buenos ratos:

¡Felicidades, Toallín!


¡¡Y felicidades a tooodos los frikis del mundo!!


16 may 2010

Firmaaar, firmaaar, firma sin paraaar...

No recuerdo cómo seguía la canción de Barrio Sésamo, sólo se me quedó grabado el estribillo (aunque lo he modificado un poco para la ocasión). Hoy toca crónica post-día de firmas:

¡¡Me lo pasé GENIAL!!

Firmar y, sobre todo, poder hablar con los lectores me encanta. Así que no es de extrañar que hoy esté un poquito ronca de tanto darle a "la sin hueso" ayer.

Todo empezó con un cartel... Me lo hubiera querido llevar de recuerdo, pero dónde iba yo con eso debajo del brazo durante el resto de la noche (¿y dónde lo guardo en mi mini habitación con tanto trasto como tengo?).


La tarde fue mucho mejor de lo que yo habría imaginado. Había muuucha gente en el recinto, y más de un curioso se asomó por el stand, me preguntó un par de cosas y al final se llevó su ejemplar de el Imperio Plateado bajo el brazo.


Además, estuve nada menos que un par de horas. Se suponía que terminaba la firma a eso de las 21:00, pero me invitaron a quedarme hasta la hora de cierre. Yo, encantada de la vida, aposenté mi trasero en la silla durante una hora más, y tuve la oportunidad de charlar con más lectores :D


Anécdota para el recuerdo: una niña se me acercó con su libretita y me pidió un autógrafo. ¡Guau! ¡Como a los famosos! Me encantó firmarle, y verla tan contenta con su garabato. Ese tipo de cosas, aunque servidora tenga memoria de pez, no se olvidan nunca.


También me puse muy contenta cuando volví a ver a una antigua compañera de facultad, muy amiga en esos años universitarios, y que, por las cosas de la vida, no veía desde que nos graduamos. Y otra visita que me hizo muchísima ilusión fue la de anii, seguidora del blog desde hace tiempo, fan de las tiras de Llou OjosdeTrucha y autora del blog La vie en livres. Me encantó conocerla en persona y charlar con ella un rato sobre la novela. Y como no, nos hicimos una fotito para el recuerdo.

Qué monas que salimos las dos :D

Muchas gracias a todos los que estuvisteis allí ayer, sin vosotros este sueño no sería posible. ¡Ya estoy deseando hacer la próxima!


Y a todos los blogueros, estén atentos esta semana porque llegará una propuesta, que espero os guste y participéis :)

Besitos a todoooos...

11 may 2010

Para leer: La indomable Sophia de Georgette Heyer


Como no sólo de fantasía y ciencia ficción vive el lector, esta vez me he decantado por una novela romántica (a pesar de que no es uno de los géneros que más me llamen la atención). Hacía tiempo que tenía este libro en mi estantería y cada vez que buscaba un título que leer me lo quedaba mirando, barruntando si era su turno o por el contrario tendría que seguir esperándome en su balda. Al fin me decidí y cuál ha sido mi sorpresa que me ha encandilado esta historia.

Aunque la indomable Sophia es una novela romántica tiene poco de romances soporíferos y pastelosos, sin embargo están presentes en todo momento y se dejan entrever con la simple cotidianeidad.

Cuando lady Ombersley acepta hacerse cargo de su sobrina mientras su hermano se marcha en misión diplomática a Sudamérica, no imaginaba el torrente de acontecimientos de los que sería protagonista su sobrina. La personalidad arrolladora de Sophia, su determinación e independencia dejan bien claro al lector que tenemos entre manos a una mujer que se aleja de los cánones establecidos en la época victoriana inglesa. A Sophia le gusta ayudar a los demás, y pronto se da cuenta de que sus primos y allegados tienen montones de problemas que, según decide, deben solucionarse a su particular manera.

A través de los secundarios la autora retrata a la perfección esa sociedad, en ocasiones anodina (sobre todo lo que respecta al papel de la mujer). Algunos personajes llegan a ser caricaturas de sí mismos, otros incluso son tan odiosos como la señorita Wraxton. Sinceramente, si me diesen a elegir con quien ir de cervezas entre la señorita Wraxton o la señorita Rotenmeyer, elegiría a Rotenmeyer seguro. Su actitud en muchas ocasiones llega a ser repelente, rozando lo insoportable. Gracias a Sophia hay momentos en los que podremos ver a la señorita estirada en situaciones comprometidas y hasta vergonzosas.

La historia tiene una energía arrolladora, a imagen y semejanza de su protagonista, es divertida y muy entretenida. Y no deja de llamarme la atención lo mucho que le debían gustar los caballos a la autora, porque los retrata constantemente y hasta los hace partícipes directos de muchas escenas.

Georgette Heyer

Si lo tuyo son las historias entretenidas y con tintes románticos esta es tu novela, seguramente no te defraudará.

8 may 2010

::Mis frikadas:: El perro fantasma


Era noche cerrada y la calle estaba tranquila, bueno de vez en cuando pasaba algún niñato haciendo ruido con la moto, pero en general la calle estaba tranquila.
Acababa de llegar del trabajo y todavía no me había descalzado, por lo que decidí sacar la basura antes de ponerme mis babuchas de pelitos rosas. En aquel barrio pasear en babuchas, y hasta en pijama, era algo normal y nadie te miraba raro si salías de casa con esa guisa, pero servidora todavía guarda algo de decoro y el pijama lo usa sólo para dormir.
De modo que abrí la puerta y allí estaba, un perrito sentado a escasos dos pasos de la entrada. Me miró con ojillos estrábicos y algo lastimeros, pero no le hice demasiado caso ya que supuse que el señor que había apostado a la entrada del callejón sería el dueño.
Crucé la calle y tiré la basura: lo orgánico al gris y los plásticos y tetrabriks al amarillo, porque hay que reciclar y todo eso, que sino el planeta explota y a ver qué hacemos luego. Volví entonces al callejón y el señor, que todavía seguía ahí como mirando la pared que tenía enfrente me dijo:
―¿Ese perrito es tuyo?
―Pues no, pensé que era de usted ―le contesté yo.
Y ahí ya empecé a temer la tragedia que vendría después.
―Pues lleva ahí un rato ―refiriéndose a mi puerta―, parece que se ha perdido o lo han abandonado porque se ve limpio y bien cuidado.
Miré con penita al pobre perro, que era perrita y muy mona, de esos chuchillos pequeñajos con el pelito largo de color canela, las orejitas gachas y el rabito tipo plumero. “Mi perrito ideal” pensé yo, así que le llamé y sorprendentemente vino hasta mí. Petunia me robó el corazón en aquel mismo instante, porque tenía cara de llamarse Petunia. Me dejó que le acariciase, aunque la pobre temblaba de miedo. Se me puso boca arriba para que le rascase la tripa, definitivamente no podía dejarla en la calle pasando hambre, frío y penurias, así que intenté meterla en mi casa.
Abrí la puerta y dije:
―Traigo compañía ―y entré con la perrita.
La cara de Fran fue un poema: O_O
La cara de mi gato fue peor todavía: Ò_Ó
Cuando Fran reaccionó sólo dijo:
―Ya no vas más a sacar la basura.
―Pobrecita Petunia, me ha dado pena dejarla en la calle. Además es posible que se haya perdido y su dueño la esté buscando. Podríamos llevarla al veterinario para ver si tiene puesto un chip de esos con gps.
La idea no era mala, lo difícil era ejecutarla. El mayor inconveniente que se me presentaba era cómo llevar el perro hasta el veterinario 24 horas que había cerca de casa. La consulta estaba a un paseo y suelto no podíamos llevar al perro. ¡Que no cunda el pánico que tengo soluciones para todo! Subí al lavadero a por una cuerda de esas amarillas de esparto, se la até a la cintura, porque en el pescuezo podría ahogarse, y listos. Me apañé una super correa en un minutejo. El segundo inconveniente era convencer a Fran para que nos acompañase porque se negaba, y con razón, a ir por la calle con un chucho atado con una cuerda.
A todo esto mi gato Masacre, haciendo honor a su nombre, mantenía controlada a la perra, que la pobre no se atrevía ni a mover un pelo. Petunia se puso en pie y cual boxeador el gato le arreó unos cuantos sopapos en la cara, menos mal que no le dio por arañarle o al perro por enfadarse. Reñí al gato, sabiendo que no entendía ni una palabra de lo que le decía (siempre pone cara de estar escuchando blablabla bla blabla), y nos fuimos al veterinario con la perrita atada con la cuerda.
Petunia era muy obediente, estaba muy bien educada por lo que deduje que había tenido dueños y no era un perro callejero. Seguía mis pasos a mi lado, cuando yo paraba ella también, y cuando echaba a andar ella me seguía sin resistirse.
Esta vez la gente sí que nos miraba extrañada, pero qué demonios, en un barrio donde la gente va en pijama por la calle tampoco es tan raro que se pasee un perro atado con una cuerda.
Todo fue bien hasta que llegamos al final de la avenida. Petunia empezó a ponerse nerviosa y a mirar hacia atrás. Posiblemente era porque estábamos abandonando territorio conocido. Se sentó en el suelo pasando de mis tirones y no consintió en seguir adelante. Como soy muy pesada y ella se dio cuenta enseguida, se removió y consiguió desatarse. Salió corriendo calle abajo y yo detrás de ella gritando:
―¡Los coches! ¡los coches! ¡Que la atropellan!
Creo que no le gustó que gritase como las locas corriendo detrás de ella porque apretó el paso y cualquiera la cogía. Me hizo un quiebro y se metió en un locutorio.
Bueno, por lo menos ya la tenía localizada. Entré y no la vi. Pregunté y nadie había visto entrar un perro. Por lo visto se había esfumado, Petunia había desaparecido sin dejar rastro.
Estuvo bien ser su dueña durante media hora, después de eso nunca volvimos a verla, Petunia era un perro fantasma.

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4 may 2010

Para leer: KôT de rafael Ábalos


Comencé a leer Kôt, de Rafael Ábalos, con mucho entusiasmo y de hecho las primeras 200 páginas volaron entre mis dedos, pero si recordáis uno de mis post anteriores sobre las novelas olvidadas Kôt era una de la lista. A medida que avanzaba con la lectura la trama se me hacía cada vez más repetitiva, y por consiguiente me acabé aburriendo. Pero que conste que la he terminado ehhh.

Como toda novela tiene sus cosas positivas de las que destacaré la habilidad y buen hacer del autor a la hora de enlazar las tres líneas argumentales de la historia. Como ya comenté en varias ocasiones las historias con tramas paralelas son muy difíciles de desarrollar, y en Kôt su autor salva esta dificultad consiguiendo crear esa intriga que anima a seguir leyendo sin perdernos en ningún momento. Por otro lado el estilo de Rafael es muy ameno y resuelto, y además bien cuidado, para todos aquellos que empezáis a escribir Rafael es un firme candidato del que aprender buenas costumbres.

Sobre el argumento contaros que se trata de tres historias entrelazadas, relacionadas entre ellas por la palabra Kôt, que dará pie a infinitos misterios y acertijos. Resumiré un poco las tres tramas, sin revelar nada importante.

La historia comienza con un anciano encerrado en una mazmorra medieval y que además ha perdido la memoria. Desde luego es un buen comienzo. A partir de ahí la historia bandea entre varios personajes protagonistas: por una parte están Nicolas y Beth, dos niños aspirantes a astronautas que se verán inmersos en el misterio de Kôt a través de sus ordenadores en un videojuego virtual, donde deberán resolver “el juego de los enigmas infinitos” hasta encontrar la Esencia del Misterio. El detective Fowler y la agente especial del FBI Taylor, investigarán a su vez, en el caso del prestidigitador, los misteriosos asesinatos de un grupo de científicos a los que les han extirpado el cerebro dejando sus cráneos completamente intactos. Y la tercera línea argumental se desarrolla con Walter Stuck y su “club gótico”, una organización medieval secreta compuesta por magnates, ricachones y figuras influyentes. La historia se desarrolla en Nueva York, y Manhattan tendrá mucho protagonismo.

Si bien las primeras 250 páginas son apasionantes, en las que llegas a sumergirte en la investigación policial y en la aventura que viven los dos niños, la novela llega a anquilosarse en un bucle repetitivo, algo similar a lo que ocurre con el código Davinci, donde las intrigas, adivinanzas y misterios se suceden interminablemente (con razón el juego de Nicolas y Beth se llama “el juego de los enigmas infinitos”, hace honor a su nombre). Que conste que esta opinión es totalmente subjetiva, ya que hay mucha gente que disfrutó de lo lindo con el código Davinci y probablemente lo hagan con Kôt. Personalmente las yincanas nunca me han gustado. Quizás el problema sea que la historia se alarga demasiado, hablamos de una novela de unas 565 páginas, es posible que si se hubiese resuelto en menos páginas no diese esa sensación de eterna espiral
Por otra parte el villano, Walter Stuck, se limita a lo estándar de su papel, es calculador y despiadado pero deja mucho que desear y pierde el protagonismo que merecerían sus planes maléficos.

Y no puedo dejar de mencionar algunos gazapillos que no obstante me resultan simpáticos, como por ejemplo, y remitiéndome a la parte del videojuego, expresiones tan inapropiadas como: “Aquí huele a azufre”. Esto me hizo preguntarme por el tipo de ordenadores que tenían Beth y Nicolas, que tal vez eran tan modernos que incorporaban un dispositivo especial para reproducir olores. Nunca he conocido en persona a nadie hecho en 3D pero desde luego dudo mucho que su sentido del gusto o el tacto anden muy allá. En un videojuego los sentidos del olfato y el gusto quedan capados (como todos, frikis míos, ya sabréis) y que el tacto se limita al contacto con el mando de la consola.

Tal vez esta novela me haya dejado un gustillo algo amargo en el paladar, pero no descarto intentarlo de nuevo con otras obras de este autor ya que su estilo y formas de plantear los argumentos me han gustado mucho. Tal vez la próxima novela de Rafael que lea sea más cortita.
Sin embargo os recomiendo Kôt a los entusiastas de los puzles y adivinanzas.

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2 may 2010

Para el día de la madre

Felicidades a todas las mamis del mundo.
Es curioso pero las madres siempre tienen razón, hagas lo que hagas al final acaban diciendo eso de: “te lo dije”. Y es que además son adivinas, y por más que te escondas cuando haces alguna trastada, al llegar a casa te está esperando con los brazos en jarra detrás de la puerta, porque hay algo para lo que son insuperables: son únicas para dar collejas.


¡Felicidades mami!


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