Os traigo un clásico donde los haya, una novela de culto que en su momento generó una gran controversia. Se trata de una distopía a la japonesa que, pese de sus casi setecientas páginas, no da respiro. Tenía pendiente esta lectura desde hacía años, me ha costado colarla entre mis pendientes, más que nada por la extensión y por falta de tiempo, pero no veas si me he alegrado. Es una novela trepidante, con historias muy interesantes que va narrando en retrospectiva.
La premisa es bastante sencilla, Japón, convertido en la Gran República del Asia Oriental, es un estado fascista, una dictadura que somete a los ciudadanos gracias a una economía próspera y una falsa sensación de bienestar. Para ello, entre otras cosas, pone en práctica un sorteo entre todas las clases del último curso de secundaria para dejarla en una ubicación secreta donde los alumnos tendrán que matarse entre ellos. Si te toca, la cagaste, así de simple, porque por muy buenas que sean tus intenciones, solo puede quedar uno. El dilema moral está servido: matar o ser asesinado. Algunos participarán en el juego de buen grado, otros caerán en la histeria, pero también hay quienes se niegan a ser partícipes de tal despropósito. La justificación: se trata de un experimento militar para estudiar métodos de supervivencia y combate. Pero tú y yo sabemos que eso no tiene ningún sentido. La verdadera naturaleza del juego reside en doblegar el ánimo de la población, pues el mensaje es bien sencillo: No confíes en nadie.
Pese a que hay tres estudiantes que acaparan gran parte de la trama: Shuya, Noriko y Shogo, hay un sinfín de personajes más, nada menos que 42 estudiantes, los cuales conoceremos justo antes de que mueran de forma violenta y bastante gore. Confieso que me resultó complicado diferenciarlos, estoy poco familiarizada con los nombres japoneses, y la verdad es que me costaba ponerles cara conforme aparecían.
Otra cuestión que no me gustó fueron los fallos de traducción/corrección del libro. Entre algunas repeticiones y erratas, que pueden ser salvables, hay como tropecientos mil adverbios acabados en mente a lo largo del texto. A veces, en una misma página, te puedes encontrar con más de diez. Es una cuestión de estilo que me sacó de mis casillas.
Battle Royale esuna de esas historias que dejan huella, que además ha sido adaptada a más de una versión tanto a manga como a cine. La peli mola mucho, la vi hace años y estaría bien volver a verla ahora que tengo la novela fresca, por comparar diferencias que creo son muchas.
¿Y tú, la leíste, viste la peli o leíste el manga? ¿Qué te pareció esta locura?
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