Ains, Shannon, Shannon, pero qué limpia eres, hija mía… Otra cosa no, pero la protagonista de esta novela se merece el título de: La Protagonista Más Limpia de la Historia de la Literatura. A lo largo de todo el libro puede que se bañe unas cien veces. Ya sea en bañeras, piscinas o riachuelos nuestra querida Shannon se remoja sin para porque ella, ante todo, es MUY LIMPIA.
La novela prometía, la empecé porque me hizo gracia el argumento y además me dijeron que encontraría jijís y jajás a porrillo. De hecho tiene un gran comienzo. Shannon Parker –profesora de profesión-, tras comprar un ánfora “griega” en una subasta, se ve transportada por la misma a Partholon, un lugar de otra época (a saber cuál) donde todos la tratan como si fuera una diosa. En realidad es porque tiene la misma pinta que Ryhannon, la encarnación de la Diosa Epona. ¿A quién no le gustaría que la tratasen como a una diosa, tener criados y vivir rodeada de lujo? El problema es que el cargo viene con un compromiso de matrimonio con el Sumo Chamán, que resulta ser un centauro. Encima se las tendrá que ver con unas criaturas pseudovampíricas que están sembrando el pánico por sus tierras.
Parece divertida, desde luego, y supongo que en cierto modo lo es, pero es que aparte de diversión a una novela le pido como mínimo que esté bien escrita. Si me hubiese puesto una venda para leerla (metafóricamente hablando, ya que con una venda en los ojos no se puede leer) quizás habría disfrutado más. Pero es que no puede ser, por ejemplo, que en mitad de la historia me corte el rollo con un capítulo enterito sobre Sahnnon dando un paseo a caballo. Que la autora sabe mucho sobre caballos, monturas y demás me ha quedado clarinete, pero oiga, no abuse usted porque aburre. Luego está el tema de cómo se toma la protagonista que la hayan teletransportado a un lugar tan extraño. A ella, por lo visto, se le quitan todos los disgustos con una copita de vino y un baño. ¿Que mi nueva sirvienta se parece a mi mejor amiga?, pues hago todo lo posible porque lo sea aquí también, porque soy muy buena gente. ¿Que mi futuro marido es un centauro? No importa, dejaré desatar mis más lujuriosos y zoofílicos deseos. ¿Que un monstruo con alas y sed de sangre quiere violarme y desollarme viva? Pues me tomo una copita, me doy otro baño y asunto arreglado. Ya luego, si eso, mandaré a mi ejército.
¡Qué maravilla! ¡Qué guión! ¡Qué realismo de personajes! ¡Cuántos términos caballísticos! Leedla, por favor, no os la podéis perder. Si lo hacéis no dejéis de contar las veces que se baña, que tengo curiosidad. Debería haberlas ido apuntando en un papelito conforme leía.
Por cierto que se trata de una saga de cinco libros. ¡Maravillosidad absoluta! Quién iba a imaginar que esta historia daría para tanto.
El gatito Baldomero dice:
ODIO bañarme...
Lo siento mucho, pero conmigo no cuentes para saber las veces que se baña....
ResponderEliminarBesotes!!!
Jajaja contare las veces que se baña xD
ResponderEliminarBesotes!