28 oct 2013

Para leer: El asesino de la regañá, de Julio Munoz Gijón


Hoy traigo una novela corta, muy particular, que me dejó con sensaciones contradictorias. Podría decir que por una parte me ha gustado pero por otra considero que le falta chispa, mucha chispa…

El asesino de la regañá es una historia que se desarrolla en Sevilla, trata sobre la parte más tradicional de la ciudad y se supone que lo hace en clave de comedia. Ya me hacía falta una lectura ligerita y ésta me lo pareció, al menos no pasa de las 150 páginas, que se leen de una sentada. Una lectura ligera sí ha sido, pero lo que se dice reírme pues… poquito. Tiene sus momentos simpáticos, eso sí, y me consta que hay gente que se “partiría la caja” con ciertas cosas de la novela, que son muy de Sevilla, pero lo que es a mí me ha dejado indiferente. He de aclarar que estoy acostumbrada a leer al Maestro Terry Pratchett, a su humor irónico e ingenioso, y la verdad es que todo lo demás se le queda corto; en el caso de esa novela infinitamente corto. Supongo que mi sentido del humor tira por otros derroteros muy distintos, aunque tengo mis motivos para haber llegado a esta conclusión.

Primeramente no me quedó muy claro si todo esto es una crítica a lo retrógrada que puede llegar a ser esta ciudad, que es “casposa” por derecho propio. En un principio, antes de empezar a leer, mi idea era encontrar una sátira de lo que es el sevillanismo puro y duro… El caso es que una vez la he terminado dudo de si no será más bien todo lo contrario, una oda a la cultura más profundamente sevillana. Si lo que pretende es satirizar al sevillano-pijo tipo, en mi opinión no lo consigue porque pienso que los retratos que nos muestra son demasiado superficiales y planos.

Lo mismo me sucedió con los protagonistas: Villanueva y Jiménez, los dos policías que llevan la investigación del caso y con los que el autor diversifica el punto de vista. Villanueva es madrileño, todo le suena a nuevas, mientras que Jiménez pertenece a la Sevilla profunda. Tanto uno como otro dejan que desear. Por un lado Villanueva se limita a actuar de espectador; hace su trabajo como policía, investigar una serie de crímenes, pero en cuanto a todo lo demás (que es lo que realmente justifica la historia) no prodiga juicios de ningún tipo ni tampoco reacciona más allá de un par de comentarios que me parecieron poco críticos y redundantes con respecto a lo que ya estaba leyendo. El personaje de Jiménez también se me quedó corto, o al menos no llega a ser la caricatura que pretende. Se supone que es el gracioso, el que aporta los momentos cómicos y distendidos pero para mi gusto es algo soseras y más que caricatura se queda en calcomanía. Vamos, que no le encontré la gracia al pobre.

En realidad, según el estilo con que está narrada, me ha recordado más a un guión de cine o teatro que a una novela. Está narrada en presente con frases muy cortas y directas, sin más recursos que el descriptivo para situar las escenas. Es más, por la sucesión de caras conocidas me recordó muchísimo a las películas de Torrente, sigue el mismo patrón aunque en este caso los famosos que aparecen hacen de ellos mismos (Lopera, Los Morancos, Vicky Martín Berrocal, Jose Manuel Soto, Vitorio y Luquino…).

La parte que sí me entusiasmó fue la investigación policial, el hilo de pistas y los asesinatos, que pese a no ahondar demasiado ni extenderse con tecnicismos ni giros inesperados (ya que en tan pocas páginas no se puede contar tanto) me mantuvo intrigada hasta el final. No obstante he de decir que el argumento de la secta secreta, la Semana Santa, los nazarenos y los crímenes me recordó (aunque tenga poco que ver) a la película Nadie conoce a nadie, de Mateo Gil, que por cierto me gustó bastante cuando la vi hace años.

En realidad pienso que El asesino de la regañá es una novela sobre Sevilla para sevillanos, porque es bastante posible que la gente de fuera la lea bajo un punto de vista muy distinto que los que somos de aquí y estamos familiarizados con “la caspa”. Por cierto que yo misma sería una buena presa para el asesino de la regañá porque ni me gusta la Feria de Abril ni la Semana Santa, y además detesto el flamenquito. ¡Vade retro, Satanás!, que yo uso H&S para la caspa.

Un dato curioso, y que descubrí ayer por casualidad, es que esta novela está editada por Seleer y además por la editorial Almuzara. Vi las dos ediciones en el mismo escaparate y me llamó la atención que esté a la venta con dos sellos diferentes.

El gatito Baldomero dice:

Le falta chispa.

3 comentarios:

  1. No lo conocía pero con la reseña no es como que me llame mucho n.n
    Besos!

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  2. Creo como tu que le falta chispa pero si es verdad que el libro te hace pasar un buen rato y creo que ha dado en el clavo con ciertos mitos sevillanos . La contra , un libro que si no eres de Sevilla o no participas de sus cosas te perderás muchos detalles que yo me partía de risa pero que comprendo que a muchos les puede sonar a chino

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  3. Esta vez no me animo, le falta algo...aunque sea entretenida.
    Un beso!

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