Para leer: La dama y el dragón, de Gema Bonnín

A esta novela, y si me lo permiten, me gustaría analizarla desde dos puntos de vista muy diferentes.

Por un lado se trata de un libro anecdótico. Para mí un libro anecdótico es el que posee algún detalle que lo diferencia del resto, ya sea por controversia, por la forma en la que se creó o por situaciones particulares del autor. La peculiaridad de La dama y el dragón es que la autora empezó escribirlo a los quince años, muy jovencita, y ya se sabe que las novelas escritas por autores tan jóvenes llaman mucho la atención, más que nada por cuestión de curiosidad. La novela, no obstante, se ha editado en el 2012 por lo que imagino que Gema habrá estado trabajando en ella hasta poco antes de su publicación.

La historia es muy sencilla. En un reino, no se sabe cuál, los dragones son perseguidos y exterminados por los humanos por el simple hecho de ser más grandes y estar considerados como bestias. La protagonista, Erika, una niña noble, se dará cuenta de lo injusto que es y cobrará conciencia de la crueldad que supone. Pero va más allá, rescata un huevo de dragón del que se hará cargo y más tarde, cuando el dragón crezca y se conviertan en grandes amigos, ella hará las veces de justiciera. La conocerán como la Dama del Dragón, será perseguida por la ley, cuestión que no le afecta demasiado, hasta que se enamora y la situación da un giro de 180º.

La novela no la compré para mí, sino para una personita a la que estoy segura de que la historia de Erika y su dragón le va a gustar mucho. Al fin y al cabo es una historia juvenil, que roza lo infantil, pero (y aquí viene el otro punto de vista) si obviara lo anterior, la edad de la autora (18 años) y el público objetivo, y analizara el conjunto de la novela, La dama y el dragón saldría mal parada.

En alguna que otra reseña he leído que la tildaban de ñoña. No puedo negar que tiene su puntito sensiblero, pero en realidad no creo que sea tan ñoña como la pintan algunos sino que más bien esa sensación viene dada por la ingenuidad narrativa. Y que conste que no hablo de la historia. La dama del dragón está correctamente escrita, eso no me cabe duda; el lenguaje es correcto y no encontré erratas, al menos ninguna lo suficientemente llamativa que me llamara la atención (puede presumir de haber tenido una buena corrección), así que dónde está el problema. Bajo mi punto de vista la narración peca de sencilla e ingenua y el estilo es prácticamente inexistente. Quizás esto es mucho más evidente al comienzo, en los primeros capítulos. Sobre este punto hay que recordar que la autora la empezó a escribir con quince años, y eso se nota, aunque no me parece una escusa porque ese principio se podría haber reescrito. No sé si será el caso, resultaría interesante poder preguntarle a la autora sobre todo el proceso.

Por otro lado las situaciones, y la mayoría de escenas, son de los más oportunistas, es decir, las cosas suceden por “casualidades” demasiado descaradas que lo único que hacen es darle un aspecto de artificio, de teatrillo de segunda, que no me convención en absoluto. Igual sucede con los personajes y sus reacciones. Tanto con sus actitudes como en los diálogos se ciñen a lo que conviene, dicen lo que se espera que digan, actúan acorde a las conveniencias de la autora y actúan de forma muy previsible. El resultado, al menos es lo que a mí me transmitieron, fue el de un grupo de marionetas a disposición del titiritero, sin más vida que la que puedan darle los hilos que las mueven. Quizás Erika, al ser la protagonista, es el personaje más conseguido. Es una pena que no haya sabido demostrar lo que el narrador pretendía de ella. Nos habla de una joven inteligente, avispada y fuera de lo común, pero que sin embargo no es capaz de demostrar esa inteligencia con sus acciones. En momentos puntuales llegué a pensar que la pobre estaba atolondrada. Un tanto de lo mismo sucede con los dragones y su comunidad. Sobre ellos se dice que son extraordinarios, tan inteligentes y sabios que los humanos no pueden llegar a comprender muchos aspectos de su sabiduría ancestral. El caso es que en ningún momento se demuestra que esto sea verdad, con decir “son cosas de dragones” ya basta. ¡Pues a mí no me ha bastado! Quiero saber por qué son cosas de dragones y por qué un humano no lo puede entender. Son muchos los cabos argumentales que deja sueltos, no de la trama general sino en cuanto a los detalles, porque lo que es la historia tiene su final. Es un tomo autoconclusivo que, no obstante, puede dar pie a una segunda parte.

No me cabe duda que La dama y el dragón cojea a nivel narrativo, no obstante la historia está bien contada, se desarrolla linealmente sin sobresaltos de ritmo, es clara y está escrita de forma correcta, pero a mi modo de ver es una historia desaprovechada. Dado el tema que trata podría haber tenido mucha más carga dramática, unos secundarios con más profundidad y una protagonista con más garra.

Os avisé de que tenía dos puntos de vista.

El gatito Baldomero también opina como yo, por eso por un lado dice que La Dama y el Dragón está entretenida pero por otro dice:

Le falta un hervor.