De por qué detesto las novelas románticas de vampiros: El beso de medianoche, de Lara Adrian

No tenía pensado escribir esta reseña, más que nada porque no me gusta reseñar libros que me han enfadado tanto. Pero mira por dónde hoy se me antojó dejar constancia de lo que opino de este tipo de novelas. Hace más de un mes que la leí y, entre que no me gustó y mi mala memoria, los detalles los tengo velados. Creo que en esta ocasión alguien me recomendó su lectura, y posiblemente fue alguna de esas muchas veces en las que despotrico sobre los vampiros afeminados y atontados que tan de moda se pusieron con Crepúsculo. “Léela, que seguro que te gusta. Ésta no tiene nada que ver con las novelas moñas de vampiros”, me dijeron. Y yo me lo creí. Ains… (Que sepas, seas quien seas, que tienes la suerte de que no podré tomar represalias porque no recuerdo quien eres).

Primeramente las historias románticas sobre vampiros (las actuales) hay que separarlas en dos grupos: las que van dirigidas a las “jóvenas” y las que son para lectoras adultas (y hablo en femenino porque son el público objetivo de este tipo de género). La única diferencia entre los dos tipos es que en las adultas hay sexo explícito, en ocasiones muy detallado, como es el caso de El beso de medianoche. Por lo demás los personajes son los mismos, y los argumentos también.

Pero vayamos con El beso de media noche. El argumento es tal que así: Una humana conoce a un vampiro (al principio no sabe que lo es, claro está). Es un hombre atractivísimo, un dios sexual por el que se siente irremediablemente atraída. Se acuestan, se enamoran. Ella resulta que es una elegida, de las pocas mujeres que pueden ser Compañeras de Raza de los machos vampiros. Pero él, a pesar de que está enamorado, no quiere condenarla a una existencia tan miserable que consistiría, básicamente, en pasar el resto de sus días follinando con un tío impresionante. ¡Ay, qué disgusto si me tocara pasar por tal tortura! También hay malos, malísimos, y una guerra de bandas vampíricas. Los guapos son los buenos, los feos son los malos. Ni que decir que la chica en cuestión es un pivón de veinte añitos, con unas curvas de infarto (como el resto de Compañeras de Raza, a las se refieren como hembras cual yeguas). Anda que se va a enamorar el vampiro de una cuarentona entrada en carnes…

Pero, ¡ay, Jesusito de mi vida!, es que la historia no podría tener un punto de vista más machista. Por mucho que lo disfrace la autora, por mucho que los vampiros machotes de espaldas cuadradas las cuiden y las mimen, las Compañeras de Raza no son más que un complemento vampírico. Como podría ser los colgajines que se les ponen a los móviles para que estén más bonitos. Estoy deseando leer una novela de vampiros en la que la chica tenga la suficiente personalidad y fuerza de voluntad como para mandar a paseo al vampiro. Es más, que se lo cargueeee… Aunque parezca un accidente.

Los personajes no podían ser más típicos/tópicos, tanto ella como él. Tanto en lo físico como en todo lo demás; en sus reacciones, en sus sentimientos, en su comportamiento y hasta con sus historias pasadas y traumas de antaño. Los secundarios más de lo mismo. Están porque hay que rellenar tanto espacio, y porque no se puede hacer una novela de vampiros solamente describiendo escenas de cama. Claro que los planes de los malos también tienen su aquel. Es muy novedoso eso de querer quitarse de en medio a los vampiros que molestan para poder someter a los humanos a tu antojo. 

En definitiva, que a estas alturas ya no sé ni cuántas novelas habré leído con el mismo argumento y los mismos personajes (unas mejor escritas que otras, El beso de media noche al menos se deja leer). Os digo que ya no vuelvo, os lo prometo, y si leo alguna más es porque me engañen como pasó con ésta. Ahora me pregunto: ¿tan difícil es hacer una historia romántica de vampiros que sea diferente a todo lo que se ha publicado en los últimos años? A ver, las amantes del género, ¿qué opinan? Tampoco hay que ser tan original para darle la vuelta de tuerca, ¿no?

PD: Tengo que agradecer a Lara Adrian el haber inspirado mi próxima novela. Je, je y jé… >:)

El gatito Baldomero dice:

Mosqueo máximo.