Para leer: La mujer de negro de Susan Hill

¿Qué fue primero, la gallina o el huevo? En este caso supe de la existencia de esta novela gracias a su adaptación cinematográfica, pero para rizar más el rizo me leí antes el libro que visioné la película. Como sobre las adaptaciones hablaré el próximo día, os diré que La mujer de negro es una novela maravillosa y preciosista que merece mucho más la pena que la película.

Estamos ante una novela de terror sobre fantasmas con regustillo clásico, al más puro estilo gótico inglés, y que a mí me ha parecido especialmente poético. De hecho justo después de terminarla indagué sobre la novela y la bibliografía de su autora convencida de que la edición dataría de mucho tiempo atrás. Pero no ha sido así, la novela fue publicada en 1983. De hecho incluso hay varias adaptaciones anteriores a la película protagonizada por Harry Potter, uy, que diga… Daniel Radcliffe, que es un remake de un film homónimo estrenado en 1989.

El argumento es resumible en unas cuantas líneas. Un abogado viaja hasta un pueblecito remoto de la campiña inglesa para ocuparse de la herencia de una de las clientas de su bufete después de su muerte (con vistas a ascender de puesto en la empresa tras el encargo y poder casarse con su novia). Al parecer la anciana no tenía ni familia ni amigos y, al parecer, alrededor de la casa rondan leyendas que la gente del pueblo evita a toda costa. Se dice que el espíritu de una mujer vestida de negro vigila las tierras y que cada vez que se deja ver muere un niño en extrañas circunstancias. Arthur Kipps, reticente a las habladurías, se alojará en la casa para poner en orden los documentos de la difunta y será cuando descubra el misterio que se esconde en la mansión y tras la puerta del final del pasillo que está cerrada con llave.

Lo que más me ha llamado la atención es la riqueza de las descripciones. No soy muy amiga de las historias excesivamente descriptivas, posiblemente porque hace mucho que no leía párrafos tan bien integrados como éstos. La ambientación es sorprendente, tanto que hasta he llegado a sentir cómo me envolvía la niebla de la marisma y sus sonidos fantasmagóricos. En conjunto es un escenario oscuro, añejo e inquietante que gracias a las descripciones se puede llegar a palpar.

Por otro lado es una novela muy equilibrada, tiene un ritmo sosegado, que no lento ni aburrido, y que se dispara en los momentos justos para desencadenar la tensión, de ésa que hace que te muerdas las uñas. No esperéis carreras ni persecuciones, ni siquiera muertes grotescas y sangrientas, aquí el protagonismo lo tiene el ambiente, el aire que se respira y la desgracia de una madre al perder a su hijo. Es una típica historia de fantasmas al más puro estilo inglés, asequible hasta para los más miedosos.

El gatito Baldomero dice:

¡Me ha enamorado!