Para leer: La lista maldita de Raquel Fernández Muñoz

Hoy os traigo un libro muy especial. Especial en todos los sentidos porque no solo el formato es muy original sino que la historia está escrita por una jovencísima escritora. Con tan solo ocho añitos Raquel Fernández ha publicado su primer cuento, un cuento que va acompañado de semillas que podremos plantar y ver germinar del propio libro.

¡Qué chachi piruli! Es que no puedo decir otra cosa que lo defina mejor. Es un libro fantástico que pienso atesorar para siempre y dejarlo en herencia para mis futuros nietos.

Seguro que os estáis preguntando cómo es posible que una peque de ocho años escriba un libro, pues sí que puede, y ciertamente he disfrutado con la historia, me ha sacado más de una sonrisa y en algunas partes me ha dado hasta escalofríos (ahora os contaré de qué va). El libro tiene unas 263 páginas, pero no se alarmen porque el cuento es mucho más cortito de lo que parece a simple vista, de hecho me lo leí en unos quince minutos. El texto ocupa la mitad inferior del libro ya que la superior es el macetero donde se plantan las semillitas. La letras es grandota, de tipo manuscrita, y en cada página hay un párrafo corto o incluso un par de frases. También va intercalado con ilustraciones, obra de Manuel Maqueda. Como veis no es tan extenso como parece.

El cuento empieza con Wanda y Elisa. Son dos niñas que se dirigen al Bosque Malvado para pedir un deseo, que no es otro que resucitar a los padres de Wanda. En el camino se van a encontrar con un montón de lugares y de personajes muy extraños, a unos tendrán que ayudarles y a otros no tanto. Pero cuando llegan por fin a su destino la resurrección no es tal y como esperaban porque la madre de Wanda es muy malvada y pretende matarlas, así que al final se hacen con una lista que está maldita y que tiene la cualidad de poseer a quien la tenga. Y aquí llega la parte más escalofriante. La lista obliga a todo el que la posea a matar a las personas que en ella aparecen, de hecho pasará de mano en mano, incluso durante generaciones, y provocará una catástrofe mundial.

El estilo de escritura es el de una niña de ocho años, ni más ni menos, una niña con una grandísima imaginación y muy buenas dotes para narrar. Se palpa la inocencia en cada capítulo (a pesar de lo macabro) y es muy divertido pasear por las diferentes escenas y verlas desde el punto de vista de su autora, que es muy particular.

En cuanto al formato de la edición, cuando recibí la información sobre La lista maldita, me pregunté cómo era posible plantar en un libro una planta. Pues sí que se puede, y vaya ingenio el montaje que han ideado para hacer del libro un macetero. Pero más que explicarlo hay que verlo, por eso os traigo unas cuántas imágenes.

La portada lleva un troquel en la parte superior. En él está encajada una caja (de cartón duro) con su correspondiente tapadera donde están las semillas y la tierra para sembrarla.

Con respecto a la portada la pega que le encuentro es que el texto no se distingue bien y cuesta leer el título a menos que lo acerques. Le sucede un tanto de lo mismo al texto de la contraportada, es demasiado fino y se empasta en algunas partes dificultando la lectura. Cuando se utiliza un fondo tan llamativo y sobrecargado en textura, hay que tener mucho cuidado con qué tipo de texto se termina porque puede pasar que pierda legibilidad una vez impreso.

Como veis está dividido en dos mitades y tiene bastantes ilustraciones interiores, muy sencillas y que emulan al dibujo de un niño.

La contracubierta es de cartón grueso, bastante firme, aunque la verdad es que no he probado a regarlo porque por falta de espacio he decidido plantar las semillas en el envase de unas natillas de chocolate. Esperaré a que crezcan un poco más, que ya están fuera los brotes, y más tarde la trasplantaré a una maceta. ¡Qué ilusión me hace verla crecer! En mi casa nunca hemos tenido plantas porque no hay donde ponerlas, pero esta como es pequeñita, de momento, le he buscado ya un hueco. Solo espero que mi gato no se la coma…

Si tenéis pensado hacer algún regalo a un niño os recomiendo este libro, estoy segura de que le va a encantar tanto la historia como plantar después las semillas y verlas crecer. Es un libro que después de leerlo seguirá teniendo vida, desde luego el concepto me parece fantástico.

Un libro de Neverland Ediciones.

El gatito Baldomero dice:

¡Qué original!