Por fin hemos superado el puente. No sé a vosotros pero a mí se me ha hecho una semana un poco rara con tanta fiesta de por medio. Los que hayan tenido la semana libre se lo habrán pasado bomba esquiando y esas cosas que hace la gente que no tiene crisis, pero los damnificados nos hemos tenido que conformar con darnos algún que otro paseo para ponernos los dientes largos con los escaparates de las tiendas.
¿Veis?, ya me estoy liando con otro tema, de lo que yo quería hablar es de libros. Pero no de libros cualesquiera sino de esos libros que de alguna manera me han marcado y a los que siempre recordaré. Estoy segura de que vosotros también tenéis libros que se han grabado a fuego en vuestra memoria. No hablo siquiera de libros favoritos, o de grandes obras, sino de aquellas novelas que por ciertos motivos, o por el momento en el que los leímos, nos han marcado de manera imborrable.
Recuerdo que mis primeras lecturas fueron las de El Barco de Vapor, que a estas alturas ya es una megacolección de libros infantiles, algunos geniales. Mi primer libro imborrable es uno de ellos y tiene un título divertido de por sí: Cosas de Ramón Lamote. Ramón Lamote no es el autor, mucho ojo, es el protagonista, un señor entradito en años un tanto peculiar y que se dedica a pintar sueños entre otras tantas actividades extrañas, como organizar una carrera de nubes. Lo escribió Paco Martín y según pone en la portada fue la novela ganadora del Premio Nacional de Literatura Infantil de 1986 (casi ná, por aquel entonces yo tenía 5 añitos).
De El Barco de Vapor, siendo todavía muy jovencita, pasé a la literatura de terror. Em… sí, terror, y no terror juvenil ya que a mi madre no se le ocurrió otra que darme como lectura veraniega El exorcista, de William P. Blatty. Recuero que lo leí en verano, con el calorcillo de agosto y en la casa del pueblo. Allí todo cruje mucho, es una casa crujiente, y la verdad es que pasé un miedo tremendo leyendo esa novela. Me encantó, eso sí. Luego vi la película y se acabó el encanto.
También empecé muy pronto con uno de los grandes y que desde entonces se convirtió en mi autor favorito y más venerado. Los que me conozcan se lo podrán imaginar. Hablo de Terry Pratchett, y la novela con la que me enamoró fue Brujerías. Una novela del Mundodisco maravillosamente divertida sobre las brujas de Lancre. ¡Las adoro!
Desde entonces he leído casi todos los libros de Pratchett (no todos, porque es difícil llevarle el ritmo a este hombre, publica una media de 2 o 3 novelas al año y eso para mi bolsillo es prohibitivo).
Otra novela que me marcó y que leí allá por la época del instituto fue Hermana luz hermana sombra, de Jane Yolen. Este libro me lo prestó una compañera y durante el tiempo que lo leía dejé de lado hasta los deberes. También tiene segunda parte, Blanca Jenna, y la verdad es que me leí los dos libros en tiempo record.
Con el tiempo he intentado hacerme con ellos pero es muy difícil conseguirlos. De hecho creo que en todo el país hay un par de ejemplares de la primera parte y de la segunda es más de lo mismo, así que me he tenido que conformar con releerla en formato digital. Es una historia épica sobre unas amazonas, os la recomiendo, aunque dudo mucho que la podáis conseguir en papel a menos que esté en alguna biblioteca.
También me ha sido imposible conseguir Los heraldos de la sombra, de Cathy Cash Spellman. De nuevo una novela de terror veraniega (en mi caso) que trata sobre una secta satánica y una niña autista que resulta ser heredera de una antigua diosa egipcia. En su momento hubo una adaptación cinematográfica muy, muy, muy mala y que os pido que no perdáis el tiempo con ella. No tiene nada que ver con la novela.
Y para terminar, y como una de las novelas relativamente recientes, tengo que hablar de El Imperio Elevado, de Scott Westerfeld. El caso de este libro es muy peculiar porque fue una novela que compré para documentarme al tiempo que escribía mi trilogía. No tenía ni idea de lo que iba a encontrar en ella (por aquella época no tenía internet en casa y la información era menos accesible). Sorpresa la mía cuando la empecé a leer, me encantó, aunque he de advertir que es Ciencia Ficción pura y dura. Mayor sorpresa me llevé cuando terminé de leerla, pues resultó que tenía segunda parte. De modo que me fui corriendo a la librería, literalmente, en busca de El asesinato de los mundos.
Es por esto por lo que más recuerdo esta historia, por el hecho de salir en estampida a por la continuación.
Ahora que he puesto en pie todo esto me doy cuenta que las novelas que verdaderamente me han influenciado o marcado las leí de niña o de jovencita. Pocas novelas leo últimamente que retenga más de un mes en mi memoria. Tal vez Los juegos del hambre sea una de las más recientes y que quizás no olvide con el tiempo, del resto me acuerdo cuando las veo en la estantería.
Ahora os toca a vosotros contar cuales son las novelas que os han marcado. Seguro que tenéis unas cuantas y tal vez os pase como a mí y sean historias que leísteis de pequeños. ¿Cuáles son esas historias tan especiales que os rondan desde siempre la memoria?
Estoy contigo en eso de que son las lecturas de nuestra adolescencia e infancia las que nos marcan. Incluso pasa con las películas. Es la época en la que se termina de formar nuestra personalidad y ahí queda grabadas a fuego esas novelas y esos cuentos que leímos. Yo recuerdo "la gruta del alquimista" es especial hablé ya de ella en mi blog y de otros tantos, como la Dragonlance. Hasta creo que siguen influyendo en nuestro día a día :-)
ResponderEliminarTengo que reconocer que no conozco ni he leído ninguno de ellos, bueno, el de Terry Pratchett porque los tiene todos mi novio. Yo recuerdo que de niña me gustó muchísimo Las minas del rey Salomón, pero luego lo volví a leer y perdió su magia, debería haberme quedado con el recuerdo
ResponderEliminarun beso!
La verdad es que hay una serie de libros que llevaré siempre en mi corazón. Uno de ellos es Rebeldes (Susan E Hinton) que me acompañó durante unos momentos muy duros...
ResponderEliminarAlgunos de los autores que mencionas también me han enamorado a mí. Scott Westerfeld es un "desconocido" en comparación con lo que debería esperarse de un escritor con una obra como la suya. Para mí, uno de los mejores contemporáneos. ¿Qué decir de Terry que ya no se haya dicho? Es la leche. Simple y llanamente.
Yo me he iniciado con Going Postal (cartas en el asunto) y te aseguro que es uno de los mejores libros que han llegado a mis manos en este año.
Un besote ^^
Eduardo, a mí el que más me ha influido ha sido Terry Pratchett, será de leerlo tanto.
ResponderEliminarTatty también me ha sucedido eso con algún que otro libro, aunque sobre todo me ha pasado con el manga y el anime. Hay series que envejecen mejor que otras.
Veritas definitivamente eres de las mías, tenemos gustos muy parecidos. De Scott sólo he leído las dos novelas que mencionaba en la entrada pero no estaría de más que le echase el guante a alguna otra, lo mismo me podrías recomendar alguna. Y sobre Terry qué te voy a contar, prácticamente todas sus novelas me encantan, algunas son una genialidad.
La que más me marcó y con diferencia fue Momo, de Michael Ende. Con este libro empezó mi afición por la literatura. Fue la primera vez que cuando terminé un libro, necesitaba abrir otro.
ResponderEliminarNo he leído ninguno de los libros que citas, y mira que llevo tiempo queriendo leer algo de Terry Pratchett.
Besotes!!!