Para leer: Sinsajo de Suzanne Collins

Buaaaa… se han acabado los juegos del hambre (al menos hasta que estrenen la película). Ahora me arrepiento de haber leído Sinsajo tan rápido, aunque ya sí que puedo decir que Los juegos del hambre es una de las trilogías que más me han gustado del último año.

Continuamos con la semana temática de Los juegos del hambre. Para leer las reseñas anteriores pincha en los siguientes enlaces:
• Los juegos del hambre.
• En llamas.

En Sinsajo por fin se nos espabila un poco Katnis (a su modo, claro está) y empieza a tomar sus propias decisiones. La pobre se nos ha quedado tocada después de haber participado dos años consecutivos en los sádicos juegos del Capitolio, pero por lo menos ahora parece que está dispuesta a coger al toro por los cuernos. Al no estar supeditada a la estrecha vigilancia del Capitolio podrá actuar bajo su propia responsabilidad y unirse a la rebelión como el Sinsajo (después de pensárselo mucho, porque si no se come la cabeza no sería Katnis).

Como recordaréis, en En llamas, llegando al final (y si no lo leíste ten cuidado con el spoiler) Katnis es rescatada del terreno de juego por una nave del distrito 13, por los rebeldes. El pobre Peeta tendrá menos suerte y es capturado por el Capitolio. Cogí con ganas Sinsajo porque si bien la primera novela, cuando termina, puedes vivir sin continuar con la historia porque verdaderamente es casi autoconclusiva, En llamas deja la historia abierta así que podríamos decir que los dos últimos libros son uno divididos en dos.

Sobre el argumento qué os voy a contar si prácticamente todos lo habréis leído. Por fin estalla la rebelión y los distritos se levantan contra el gobierno central. La acción rebelde está comandada por el famoso distrito 13. Pero no todo es oro lo que reluce, y la verdad es que cuando leí cómo vivían en el 13 pensé que Katnis había pasado de Guatemala a Guatepeor. En el 13 no hay juegos del hambre pero sí un estricto control de todos los ciudadanos que viven allí. Este control llega a tal extremo que cuando uno se levanta le imprimen un horario en el brazo con diferentes actividades que tendrá que seguir a rajatabla a lo largo del día. Los cabecillas rebeldes tampoco dan buena espina y la verdad es que se confirma eso de que en las guerras ningún bando es el de los buenos hasta que se demuestre lo contrario.
Los rebeldes, para conseguir el apoyo del resto de distritos usarán a Katnis, el Sinsajo y símbolo de la rebelión, y lo harán a través de la televisión como ya hiciera el Capitolio. Y este es uno de los temas, a mí parecer, principales de Los juegos del hambre, la manipulación de los medios. Tanto el presidente Snow como los rebeldes usan como arma la manipulación a través de la televisión, uno para dejar clara la soberanía del Capitolio y los otros para instigar el levantamiento. Es un tema que por otro lado está muy de moda en estos días que corren y que además lleva en uso desde que el hombre es hombre. Y no hay que irse muy lejos, de hecho, ya que en España el mejor ejemplo es el del 15M, los famosos Indignados. Hoy por hoy está muy mal visto que en un país que se autoproclama desarrollado se aplaste una revuelta con la fuerza así que la mejor forma para conseguir tal fin es a través de los medios, sino recordad lo que se ha dicho sobre el movimiento 15M, todas malas y ninguna buena. Pero sigamos con la reseña, que me estoy yendo por los cerros de Úbeda.

Otra cuestión, que no sé si os habéis parado a pensar, es en la evolución de la historia a lo largo de los tres libros. En Los juegos del hambre, a pesar de tratar la barbarie en sí misma, eché mucho de menos la sangre y la violencia (aunque como es obvio no faltan escenas desagradables). En llamas podría decirse que está recortada con la misma tijera que la primera parte pero Sinsajo, ooooooh Sinsajo, es una explosión de vísceras y cachitos de carne. Se conoce que Suzanne se desmelenó de lo lindo con el desenlace y no ha escatimado en gore, ¡¡me encanta!!

Y no puedo terminar sin decir una vez más que admiro muchísimo a esta escritora por tener la valentía de haber escrito Los juegos del hambre en primera persona del presente, con las tremendas dificultades que eso conlleva.

Pegas. Si he de quejarme de algo es de lo de siempre, de ese ingrediente que tan de moda está entre lectores adolescentes, y me refiero a la parte “romántica”. Realmente ese dilema de Katniss de si me quedo con Peeta o si me quedo con Gale sobraba. Si no hubiese tal cantidad de novelas de este tipo pues mira, se podría dejar pasar, pero es que a estas alturas este recurso canta a caducado. Menos mal que no es el tema central y pesa más la tiranía del Capitolio y la rebelión porque si no le habría restado muchos puntos a la valoración final.

Ahora sólo queda esperar a la película, que a ver si es capaz de superar a Battle Royal, que además trata el mismo tema de “sólo puede quedar uno”. ¿La habéis visto? A mí me encantó.
Estén atentos al próximo Susto o Muerte porque dedicaremos la entrada a éste film aprovechando la semana temática.