¡Cómo huele a viernes! Aunque he de añadir que, por desgracia y para mí, últimamente todos los días son iguales (menos mal que no me aburro porque ni tiempo tengo de eso, que parece mentira).
Bueno, vayamos al tema que te quema, quería hablaros, y ya de paso invitar a los que les pille cerca, a la primera tertulia literaria que se celebra mañana día 5, a eso de las 19:00 horas en la Casa de las Sirenas (Alameda de Hércules en Sevilla). Este proyecto lo han organizado varios escritores locales, entre ellos Francisco Paula Pérez Parte, autor de El guerrero Elfo (Crónicas de Dracontrand), novela ganadora del XXVI Premio Jaén de Narrativa juvenil de 2010. Pasen por su blog Crónicas de Dracontrand. Todavía no tuve ocasión de leerla pero es una de mis pendientes, of course. La portada es preciosísima así que os la dejo por aquí para que os maravilléis con la ilustración.
Por mi parte por allí estaré mañana, ya que Francisco, al que tengo el honor de conocer en persona, me ha invitado, así que ya sabéis, animáos que seguro será interesante.
Noticia 2. Es posible que mañana, o en los próximos días, tengamos una colaboración especial en el blog. Y hasta aquí puedo leer.
Por otra parte me traigo a Léoen el premio que me ha otorgado Rachel desde su blog Contra los límites. Muchas gracias Rachel por tener este detalle tan bonito.
El premio tiene sus normas, una de ellas es pasarlo a otros 15 blogs, pero como sé de sobra que a más de 4 ya les llegó, se lo regalo a todos esos maravillosos blogs por los que suelo pasarme y que además de vez en cuando me hacen una visitilla.
La otra norma es contar 7 cosas sobre mí, así sin anestesia ni nada. Ya sabéis que suelo reservarme las exclusivas para la Interviu, pero esta vez haremos una excepción.
Exclusiva 1, 2, 3 y 4 (tantas como mascotas he tenido).
Desde bien pequeñita me han gustado mucho los gatos, son monosos, pelusitos y tienen garras afiladas, también son un pelín psicópatas ya que les gusta jugar con la comida que cazan. Mi madre nunca me dejó tener mascotas, sólo tuve una vez un par de carpitas (una negra y otra roja). Una se fue por el desagüe del fregadero, era muy aventurera, y la otra demasiado comilona y tras un opulento banquete reventó. Similar final tuvo mi pequeño ratoncito blanco, que se llamaba Herbolario. Era chiquitín, chiquitín, y parecía una bolita de algodón. A mi abuelita le gustaba mucho echarle de comer y se conoce que el ratón estaba encantado, hasta que la barriga le creció tantísimo que pegó un reventón (yo creí que se reproduciría por mitosis porque parecía que iba a salirle otro ratón del cuerpo), y palmó, claro. Se fue al cielo de las mascotas con las dos carpitas.
Más tarde, hace cosa de 3 años, a una compañera de trabajo se le coló un gatito en el motor del coche. Tuvo mucha suerte el gato, yo creo que ahí ya acabó con sus 7 vidas extra pues se paseó por media Sevilla dentro del capó. Por suerte pudieron sacarlo, y estaba entero y todo, pero tan sucio que se pensaron que era negro. Como no podían hacerse cargo de él decidí adoptarlo y ahora es mi peluchito hiperactivo.
Exclusiva 5 (saluda a la muerte de mi parte).
En dos ocasiones estuve a punto de ahogarme. Una fue en mi pueblo, como era tan valiente decidí meterme en el agua yo sola, sin flotador ni nada, y lo más importante, sin saber nadar. Menos mal que pasaba una señora con una barca de plástico, de esas que llevan remos, y me rescató, porque sólo se me llegaban a ver las coletas.
La segunda fue en Málaga (y yo juraría que fue hasta el mismo año). Una ola me cogió cariño y empecé a dar vueltas como si aquello fuese una labadora. Qué disgusto me llevé ese día. Ya no me gusta la playa, ni el agua en cantidades ingentes, prefiero la cerveza en cantidades ingentes.
Exclusiva 6 y 7 (caídas tontas que dejaron secuelas).
La primera fue cuando bebé, y creo que es la que me dejó más tocada. Según cuentan era demasiado nerviosa cuando pequeña, pero claro, cómo iba mi madre a imaginar que con mis pocas semanas podía moverme cual Cat Woman. Aproveché un despiste de mi madre, que fue a girarse para coger un pañal (justo ahí al ladito), y mientras tanto di media vuelta y me caí de la mesa. Sólo me hice un chichón, pero creo que se desajustó algo, es la única explicación a muchas otras cosas que sucedieron después (y siguen sucediendo).
A los 4 años me chocaron contra el quicio de una puerta. Sí, es el primer acto de violencia que recuerdo, aunque fue un accidente. Una prima, mayor que yo, me llevaba en brazos, y no sé por qué motivo corríamos detrás de otro de mis primos. Como tampoco controlaba demasiado, mi cabeza iba un poco loca y al pasar al lado de la puerta de un bar incrusté la frente en el quicio. Me dieron puntos y todavía tengo la cicatriz.
Fin
Como eran sólo 7 cosas lo de mi abducción extraterrestre lo dejaré para otra ocasión, y lo de mi encuentro con Elvis en la playa de mi pueblo.
Que leña le meteis a los "memes" por aqui...
ResponderEliminarEspero que lo paseis bien el sabado, pero no podre ir porque estare por otro lado haciendo el seguimiento a una pelicula.
Ya te contare.
Pásalo bien y cuéntanos, a algunos nos pilla lejillos :p
ResponderEliminarJajajajaja... de verdad, yo pensé que había sido la que más había escrito en la descripción ¡Gracias por demostrarme que no soy la única a la que le gusta contar y contar jaja...
ResponderEliminarMe ha gustado saber más cosas de ti y he de decir, que ha sido un placer otorgarte este merecido premio... ahora me quedé con la intriga de lo de los extraterrestres jajaja
Kin a las niñas nos gustan los memes XD Ya me contarás lo de la película, que me ha entrado curiosidad.
ResponderEliminarEomoi intentaré traer fotos, pero no prometo nada porque mi cámara es una chufla.
Rachel soy de las tuyas, me gusta darle a la sin hueso XD Lo de los extraterrestres lo contaré algún día.
Lo que me he reído, se me saltan las lagrimillas. En algunas de las que te han pasado también me he visto yo, pero no en la playa, en los pantanos. Y caidas de bebé, a mi me tiraron sobre un cactus, imagina quitar los pinchillos...
ResponderEliminarUn besote (p.d.: Casi terminando Léoen)
¿Que te tiraron a un cactus? Eso es peor que mi incrustamiento en el quicio de la puerta. Una vez toqué uno porque parecía de plástico y quería comprobar si era de verdad o no. resultó que era de verdad, no veas mi madre como se vio para quitarme las puas, me lié a correr por la casa y ella detrás XD
ResponderEliminarjajajaja... me da que tú ereas un trasto de pequeña jaja
ResponderEliminarUn trasto es poco, se me ocurrían cada cosas... Es que siempre tuve imaginación para el mal XD
ResponderEliminar