Para leer: El maravilloso mago de Oz, de L. Frank Baum

Este cuento lo conoces. Si no has leído la historia original escrita por L. Frank Baum allá por el 1900, seguro que has disfrutado con algunas de sus muchas adaptaciones en cine, teatro, series, cómics e incluso musicales. O tal vez hayas conocido Oz gracias a algún maravilloso reteling como Wicket. Memorias de la bruja mala. Sí, seguro que conoces la historia de Dorothy, la niña que viajó hasta la tierra de Oz después de que un tornado arrancara su casa de cuajo. Para ella es importante volver a Kansas con sus tíos, que estarán muy preocupados por ella, y por eso se embarca en un peligroso viaje hasta la Ciudad Esmeralda, para pedir al famoso mago que la devuelva a su casa. Pero no va sola, en el camino encuentra a tres amigos (icónicos donde los haya): el espantapájaros, que aunque avispado quiere un cerebro para ser listo, el hombre de hojalata que es un tierno, pero dice que necesita un corazón, y el león cobarde, que es más osado de lo que cree cuando sus amigos están en peligro.

Es una historia maravillosa para los niños, de la que también disfrutamos los adultos, pues «el camino de baldosas amarillas» estuvo bien presente en nuestra niñez y, no sé tú, pero yo le tengo hasta cariño. Eso sí, como toda historia infantil de antaño tiene algunas escenas algo truculentas, como la del hombre de hojalata, un hombre de carne y hueso al que desmembraron poco a poco y cuyas partes fueron sustituidas por metal.

Si todavía no diste este obligado paseo, ya puedes pillar un billete para Oz, desde luego que no te arrepentirás. Te recomiendo buscar una edición con las ilustraciones originales de W.W. Denslow porque son preciosas.