Si comparamos, la historia original poco tiene que ver con la película, si acaso rescata el perfil del personaje principal: un niño enclenque y marginado por su fragilidad. Aparte de eso poco tiene que ver con la aventura que vimos en el cine. Aquí los dragones son mascotas útiles en lugar de animales salvajes y el conflicto aparece cuando Hipo captura a su propio dragón para educarlo y ser aceptado en la tribu. Desdentado tampoco es el Furia Nocturna tan chulo que conocemos sino un dragón chiquitín con muy malas pulgas que parece una lagartija. Además, en los libros, Hipo tiene la capacidad de hablar con los dragones, unos seres egoístas y en ocasiones despreciables que cual perritos se dejan amaestrar por puro interés, si el entrenador tiene la suficiente valía.
La novela es muy corta, muy divertida y está plagada de ilustraciones muy chulas. En definitiva, es una novela muy recomendable para los peques de la casa, y no tan peques.
El gatito Baldomero dice:
¡Me ha enamorado!