Para leer: La Tierra Larga, de Terry Pratchett y Stephen Baxter

Normalmente, antes de elegir lectura, miro la sinopsis y alguna que otra reseña para enterarme de qué va la historia. Con los autores que ya conozco, sin embargo, suelo tirarme a la piscina de cabeza y con los ojos cerrados. Más si hablamos de Terry Pratchett (favorito de entre favoritos). Por eso cuando empecé a leer La Tierra Larga tenía previsto encontrar una historia sobre realidades alternativas, mas la teoría que plantean ambos autores, pese a tener que ver con diferentes planos de realidad, está basada en la posibilidad de la existencia de mundos paralelos.

Curiosa premisa la de esta novela en la que de buenas a primeras, quizás cuando más lo necesitaba el hombre por falta de espacio y recursos, se abre un nuevo camino en el que un millar -quizás infinitas- Tierras vírgenes están al alcance de cualquiera. Solo necesitas una cruzadora y una patata para cambiar de Tierra y saltar en busca de espacio y una nueva vida.

La Tierra Larga es una sucesión de hipótesis que intentan responder a la pregunta: “¿Y si…?”. Toda la novela es una gran respuesta a esa constante pregunta porque ¿cómo afectaría a la humanidad la posibilidad de emigrar a otras Tierras, todas ellas deshabitadas y con un montón de naturaleza y recursos a nuestra disposición? ¿Cómo afectaría a la economía, a las familias, a los gobiernos? ¿Cómo serán esas nuevas Tierras que han evolucionado con unas condiciones distintas a la Tierra original? Todas estas preguntas se resuelven a través de una historia principal, con un par de protagonistas, y gracias a los diferentes relatos sobre los colonos que bien podrían ser relatos independientes, aunque alguno de ellos se acabe cruzando con los protagonistas.

Me ha parecido interesante el planteamiento pero floja en cuanto a historia y personajes. A los fans de Pratchett deciros que no vais a encontrar humor casi por ningún lado, pues todo el libro se centra en la reflexión más que en cualquier otro aspecto. Tanto es así que los personajes principales, dos exploradores cuya misión es llegar a las Tierras más lejanas, son meros prototipos, bastante aburridos para mi gusto. Incluso llegué a cogerle tirria al pedante Lobsang, una especie de inteligencia artificial autónoma que insiste en que es humano, o lo fue en algún momento, en cualquier caso; mientras que Joshua, un cruzador de nacimiento y supuesto héroe, se desvanece ante la grandiosidad de los mundos que visitan. Es por esto que hacia la mitad se vuelve repetitiva y aburrida, hubo un tramo que me costó leer, aunque pasado el bache remonta con un desenlace que da pie a la siguiente entrega, The Long Mars.

Me ha gustado visitar todas esas Tierras tan diferentes, pero el viaje ha tenido sus altibajos. Para que luego digáis que con Terry Pratchett no soy objetiva.

El gatito Baldomero dice:

Está entretenido.