No os voy a mentir, cuando se publicó Boneshaker, hace cosa de dos años, le eché el ojo enseguida. La portada es muy llamativa y en la sinopsis aparecen las palabras “muertos vivientes” (¿Quién necesita más?). Suerte la mía que encontré un ejemplar en la Feria del Libro Antiguo por el nada despreciable precio de 5€. Como podéis imaginar me lancé cual piraña sobre el puesto y me traje la novela a casa (junto con una pila de libros). Creo, si mi memoria no falla, que ha sido mi primera lectura de una novela Steampunk. Es un género que, sin llegar a disgustarme, no me llama especialmente la atención. Boneshaker, además de los elementos propios del Steampunk, también está aderezada con hordas de zombis; a eso sí que no me pude resistir. Aparte, el título tiene en su haber un premio Locus, también fue finalista del Nebula y estuvo nominada al Hugo. Se puede decir que Boneshaker tiene una buena carta de presentación. La verdad es que es un libro interesante y entretenido, asequible, por otro lado, para cualquier tipo de lectores, incluso para los paganos en el género CiFi. Hay más acción que desarrollo tecnológico, por ejemplo, y las descripciones, nada espesas, dan vida al particular escenario que rodea a los personajes.
La novela transcurre a finales del siglo XIX, durante la guerra civil de Estados Unidos, más concretamente en Seattle. O debería decir en los restos de Seattle, pues dieciséis años atrás una máquina creada para perforar el hielo más duro arrasó la ciudad, liberando un extraño gas que al que no mataba lo convertía en zombi. El gas amarillo, conocido como la Plaga, avanzaba muy lentamente y tuvieron tiempo de construir un muro alrededor de Seattle para atraparlo (¿para siempre?) en las ruinas. Algunos de los que sobrevivieron a la catástrofe se marcharon, otros tantos se asentaron en las Afueras, alrededor del muro.
Ahora imagina que un buen día un chiflado destruye no solo tu casa, sino la ciudad donde vives, y que encima provoca un desastre medioambiental que mata casi al instante a todos tus vecinos. Para más inri, algunos de los difuntos vuelven a la vida con el hambre propia de un caníbal en ayuno. Llegados a este punto, ¿no os encantaría colgar al culpable? Esta es la cruz que llevan soportando Briar y su hijo Ezequiel durante más de diez años. Haber sido esposa del ingeniero que provocó el declive de Seattle la condenó a ella y a su hijo al rechazo, por no mencionar la situación económica tan precaria en la que se encuentran. Briar, por fuerza mayor, oculta muchos secretos del que fuera su marido. Cuestión que disgusta profundamente a su hijo, un joven adolescente que está dispuesto a todo para limpiar el nombre de su padre. Tanto es así que, ni corto ni perezoso, cruza el muro para internarse en las ruinas, donde le espera una ciudad saturada hasta los topes de gas venenoso y un ejército de muertos vivientes (estos jóvenes…). Su madre, una mujer valiente y decidida, va en su busca.
A partir de ahí la novela se convierte en una doble Odisea: por un lado Briar y su incansable búsqueda, y por otro las aventuras del pequeño Zeque. Aunque no son los únicos personajes. El elenco de secundarios es bastante amplio (hay hasta un villano) ya que el subsuelo de la ciudad está habitado por desertores, piratas y contrabandistas. Es trepidante hasta que pierde fuelle pasada la mitad. Quizás, ese bache intermedio se habría subsanado de haber aprovechado más la maquinaria propia del Steampunk o la plaga zombi, pues ambos elementos se van convirtiendo en meros adornos conforme avanza la historia.
Un gran punto a su favor es la ambientación. La atmósfera que recrea es agobiante, decadente y sombría, propia de una ciudad fantasmagórica donde la muerte acecha detrás de cada esquina. Quizás esto les sepa a poco a los amantes del Hard, pero sea como sea Boneshaker es una novela curiosa por su vertiente steampunk, trepidante por las dosis de terror, interesante por las pinceladas de ciencia ficción y peculiar por la reinterpretación de la historia norteamericana.
Pese a que Boneshaker tiene un final cerrado, pertenece a una serie de cuatro libros titulada El siglo mecánico: Boneshaker, Clementine, Dreadnought y Ganymede. De los cuales solo están publicados en España los dos primeros.
El gatito Baldomero dice:
¡Qué Heavy!
Yo tengo incertidumbre con este libro porque he escuchado buenas y malas criticas hacia el.
ResponderEliminarPero tendré que darle una oportunidad para dar mí opinión n.n
Gracias por la reseña!
Besos!
Supongo que como todo será cuestión de gustos. Pero que es una buena novela, eso no lo dudes ;)
EliminarSiempre que lo veo en la librería no estoy segura de comprármelo, pero ahora con tu reseña seguramente será mi próxima lectura.
ResponderEliminar¡Besos!
Pues si le tenías echado el ojo ve por él porque merece mucho la pena darle la oportunidad.
EliminarNo termina de convencerme así que esta vez lo voy a dejar pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!
Este estilo no casa mucho contigo XD
EliminarDe todos modos igual si lo leyeras alguna vez te sorprendiese, es una buena historia.
Sbia de su existencia pero misteriosamente, nunca habia leido una reseña del libro. Como que me convence pero no... no sé. Supongo que igual lo terminaré leyendo i en algun momento me hago conél xD
ResponderEliminarun besito :)
Aparte de que me llegó al correo la información de su dalida, tampoco había leído reseñas sobre él. Supongo que para eso hay que rebuscar en blogs que hablen más sobre Cifi que sobre romance XD
EliminarLo tenía apuntado ya de un par de reseñas, a ver cuándo cae =)
ResponderEliminarBesotes
¡Hola!
ResponderEliminarCreo que no he leído nada del genero steampunk, todavía no tengo muy claro en qué consiste ni si me gustará, pero lo de los zombis también me llama así que me lo apunto.
¡Besos!