Para leer: El monstruo en mí, de José Ignacio Becerril Polo

A ver, cómo empiezo sin parecer una histérica. ¡Me ha encantado! Con esta antología he disfrutado hasta el último relato, cada párrafo y cada escena, cada personaje. Así que puedo decir que El monstruo en mí ha entrado en mi ranquin de obras favoritas.

¿Y eso por qué, Laurita? Pues porque pocas veces me han hecho disfrutar tanto con un relato (o con varios). Las historias de Nacho me encantan porque son muy especiales, por lo intenso, porque están bien narradas, porque son diferentes y porque son capaces de conmover y de sorprender. La antología se compone de nueve relatos, 290 páginas de monstruosidades, a veces muy reales, otras fantásticas, pero también tiene unas cuantas dosis de Ciencia Ficción. Pero si he de destacar algo del estilo de Nacho es la manera que tiene de elaborar los finales. Al tiempo que lees no puedes evitar pensar en cómo te sorprenderá esa vez. Los giros argumentales a veces son brutales, otras te puedes hacer una idea de cómo va a terminar la historia, pero a la hora de la verdad siempre te acaba sorprendiendo.

Como suele pasar en este tipo de libros, de todos los relatos tengo varios favoritos, que precisamente son los tres últimos.

Uno de ellos es La ciudad Inhabitada. Primeramente la estructura es diferente al resto, que están contados por lo general de forma lineal. Éste comienza con escenas cortas, en apariencia inconexas, que luego irán cobrando sentido a lo largo del texto. Trata sobre un par de hombres que un buen día se ven solos en el mundo. La ciudad donde viven está deshabitada y no saben qué ha podido pasar con la gente porque de repente los ciudadanos han desparecido. Pero sucede algo muy curioso, en ciertos momentos del día, y en lugares concretos de la ciudad, se repiten escenas cotidianas como si de una película virtual se tratase, como si la realidad hubiese dejado su impronta en el tiempo y se repitiera como un bucle. Pero hay más, una criatura pavorosa y gigantesca avanza poco a poco devorando todo a su paso. Es un relato muy intrigante y emocionante.

Después le sigue La casa ocupada, que si no es mi favorito es porque de estos tres no sé muy bien cuál elegir. En esta ocasión el relato está narrado en primera persona, desde el punto de vista de una criatura monstruosa que está cansada de su condición y que busca sensaciones humanas. Vive de ocupa con su familia, una familia muy particular y cuyo aterrador secreto se irá desvelando a lo largo de la historia. La casa ocupa es un relato apabullante, con una fuerza tremenda y muy visual, como a mí me gustan.

Y por último está El hombre que soñaba con mariposas, un relato con sus buenas dosis de Ciencia Ficción y con un principio que a mí me dio mucho asco. Juega con el mismo concepto de Matrix, solo que esta vez en lugar de ser máquinas las que controlan a nuestro protagonista son insectos. Y por eso me dio tanto asco, porque eso de los gusanos gigantes y los bichos con muchas patas me da un repelús que me muero. Pues resulta que el protagonista despierta en un lugar bastante siniestro, donde los insectos mantienen en estado letárgico a los humanos. Aunque nada es lo que parece. Aaaa… se siente, para saber qué se esconde detrás de tanto bicho tendréis que leerlo. Solo diré que el planteamiento es muy pecualiar y de todos los relatos de la antología es el más optimista.

Para terminar decir que tanto la antología como el relato de La casa ocupada han sido finalistas en los Premios Ignotus y en los Premios Nocte de este año. El monstruo en mí no es moco de pavo y deberíais leerlo. Solo espero que Nacho saque tiempo para escribir más relatos porque quiero leer todas esas historias que tuve oportunidad de escuchar de primera mano cuando íbamos en tren a Urnieta. ¡Quiero más historias!

El gatito Baldomero dice:

¡Está genial!