Para leer: La dama negra, de Lorena Louzán

La dama negra tiene una única e indiscutible protagonista, Emma Alvarado, una ama de casa y madre de tres hijos que se transforma en Rambo. Sí, en Rambo, de hecho en algún momento de la novela se refieren a ella de ese modo. Pero vayamos por partes.

Emma se divorció de su marido, un hombre atroz y maltratador que la estuvo martirizando a base de palizas durante años. Él asesinará a sus propios hijos para darle un escarmiento y ella enloquecerá de dolor hasta tal punto de perder el norte. Al cabo de un año encuentra la respuesta y se embarca en un viaje que la llevará de Galiacia a Colombia para buscar al asesino (capo de la mafia Colombiana y miembro de las FARC) y ejecutar su venganza.

El principal reclamo de La dama negra es la violencia de género, sobre todo critica la violencia hacia la mujer en todos sus aspectos y digamos que es la faceta más interesante de la novela, aunque Lorena va un poco más allá y escarba en lo más oscuro del ser humano para revelar las atrocidades de las que es capaz el hombre. Denuncia también la corrupción que existe en Colombia; se atreve con el tráfico de drogas, la prostitución, la explotación de menores y hasta los movimientos terroristas. Lo cierto es que a pesar de lo que pueda parecer la novela es tremendamente fantasiosa, tanto que me recordó in extremis a la venganza que vimos en Kill Bill, con unos cimientos bastante menos estables que hacen que se tambalee.

Una de las razones por las que la historia no me ha terminado de cuajar es que no me he creído al personaje principal en ningún momento, si acaso sus reflexiones más profundas donde nos muestra el dolor desgarrado que siente por la pérdida de sus hijos. El resto es pura fantasía porque es poco probable, por no decir imposible, que una treintañera que se casó joven y que ha estado dominada por un machista violento sepa tanto sobre armas (que ahí podríamos darle un margen de duda) y que además se defienda cual Jackie Chan. Pero es que además es un genio, una mujer culta que ha estudiado astronomía y psicología entre otras materias, y no olvidemos que es prima hermana de la Madre Teresa de Calcuta. Tiene un corazón tan bondadoso que se dedica a ayudar a niños y mujeres desvalidas allá donde va. Sin embargo, y he aquí lo contradictorio, no le tiembla el pulso a la hora de destripar enemigos, ni siquiera en ese primer asesinato que supuestamente debería ser el más difícil. Vamos, que viene a ser una asesina profesional capaz de compaginar la vida cotidiana, la familia y sus estudios universitarios mientras soporta que le peguen palizas de vez en cuando.

El final tampoco me ha convencido, no voy a espoilearos pero es un final que intenta justificar la falta de consistencia de todo lo demás. Si fuese una novela de fantasía podríamos resumirlo en: “lo hizo un mago”. No obstante lo he preferido al final que se vislumbraba páginas antes y que la coronaban como la salvadora de Colombia o algo por el estilo.

Todo esto no quiere decir que la historia no sea entretenida, ni mucho menos, lo cierto es que engancha sobremanera siempre y cuando no le busques la lógica (podría servir perfectamente como guión para una película de Serie B). La misma autora, en uno de los capítulos, hace una pequeña autocrítica al respecto y a través de Emma llega a decir que su aventura sería digna de ser escrita pero que quién se la iba a creer. Esto me hizo mucha gracia, y la verdad es que hay algunos guiños similares a lo largo de la historia que me gustaron. Es más, pienso que Lorena se lo ha pasado bomba escribiéndola y eso se nota.

Después de todo, y salvando el hecho de que la historia sea un popurrí entre gore, denuncia social y Kill Bill, la verdad es que no me queda otra que recomendarla a todos los lectores ávidos de aventura, violencia y de una protagonista de armas tomar (pero más santa que una virgencita).

El gatito Baldomero dice:

Está entretenida.