Para leer: Quantic Love de Sonia Fernández Vidal

Quantic love es el ejemplo perfecto de cómo se puede explicar algo tan complejo como la física y sus principios mediante una historia sencilla y para todos los públicos. Creo que la novela es bastante curiosa y, aunque pienso que la habilidad de la autora podría dar mucho más de sí, me ha avivado la curiosidad. Si ya me llamaba la atención La casa de los tres cerrojos (su anterior novela), ahora no me escapo sin leerla.

La historia es bien sencilla, y ahí es donde creo que flaquea Quantic love. Trata de una jovencita recién graduada en el instituto que decide pasar el verano en el CERN para trabajar como camarera, ganarse unos eurillos y ya de paso decidir qué carrera estudiar, si física o matemáticas. Allí conocerá, entre otros personajes, a Alessio y a Brian. El primero es un periodista seguro de sí mismo, extrovertido y todo un galán, el otro un científico retraído y misterioso. ¡Triángulo amoroso al canto!

Laila más que pensar en qué carrera elegir se preocupará en qué pareja escoger. Más o menos tiene claro por quién babea pero no está segura de ser correspondida y por esto habrá más de un mal entendido.

Y ya está, eso es todo. Tenemos entre manos las elucubraciones de una joven y el constante “¿me quiere?, ¿no me quiere?” y dos chicos que están coladitos por ella. Porque aunque Laila se considere normalucha y poco atractiva resulta que es la mujer más maravillosa del Universo y todos la quieren. Y sí, es una historia tópica hasta rozar lo escandaloso (escena de amiga buenorra que la pinta y arregla para ponerla guapa incluida), pero a mi modo de verlo todo esto es una escusa para conseguir un fin justificado.

Y es que Sonia no se conforma con contarnos una historia sino que va más allá. Aquí la importancia y el valor añadido son las anécdotas con la que nos alecciona casi sin darnos cuenta. Entre escena y escena, y entre diálogo por aquí, diálogo por allá, nos ofrece montones de datos, referencias y sobre todo anécdotas curiosas de científicos reputados, premios nobel, experimentos y un sinfín de cuestiones cuánticas y otras tantas relacionadas con la ciencia. Lo verdaderamente interesante de Quantic love es la habilidad de la autora para tratar ciertos temas (que reconozcámoslo, son un peñazo incomprensible para la mayoría de los mortales) de manera divertida y comprensible. Además de interesante y didáctica, la calidad de la escritura de la autora hace que la lectura sea muy amena.

Ahora tengo que hablar muy seriamente con Sonia. Con todos estos conocimientos que tienes, que ya quisiera yo entender algo de física cuántica o relatividad, ¿para cuándo una novela de ciencia ficción?

Y ahí dejo mi cuestión, que lo mismo dentro de poco Sonia se anima a zambullirse en ese género tan complicado y tan fascinante (aunque con menos público, todo hay que decirlo).

Un dato curioso es que entre capítulo y capítulo, en las portadillas, nos encontramos con algunas direcciones de correo electrónico, incluso con números de móviles de los propios protagonistas. Al verlos me pregunté si realmente esas direcciones existirían o si alguien contestaría a ellas. Por lo visto sí, son reales, incluso los números de teléfono existen. No he probado ninguna dirección porque me parece muy friky escribir a un personaje de ficción, pero no deja de ser una anécdota curiosa, como las que Sonia nos cuenta en su novela.

De la editorial La Galera.

El gatito Baldomero dice:

Muy interesante.
He aprendido un montón de cosas.