Para leer: El guerrero Elfo de F.P. Pérez de la Parte

Después de mucho llorar cada vez que la veía en las librerías, por fin pude hacerme con esta novela en la pasada feria del libro de Sevilla (por cierto que Francisco de la Parte me firmó mi ejemplar). El guerrero Elfo es la primera entrega de una saga de ¿cuántas novelas?, todavía no se sabe, pero espero que Las crónicas de Dragontrand tenga una larga vida. No en vano El guerrero Elfo fue ganadora del Premio Jaén de narrativa juvenil 2010.
 

La historia nos cuenta la vida de un elfo llamado Élan, desde su nacimiento hasta sus andaduras y aventuras por las tierras de Dracontrand. Siendo todavía muy joven, Élan es secuestrado por los elfos oscuros, conocidos como Drenaoughth, y sometido a unos experimentos que acabarán transformándole en un auténtico guerrero. Después de esto andará un poquito perdido, a pesar de que se asienta en un par de ocasiones, y durante años, entre humanos (recordemos que los elfos tienen el don de la longevidad y que por esto el tiempo no es lo mismo para ellos que para nosotros, pobres y efímeros saquitos de carne). Para Élan haber estado sometido por los Drenaoughth se convertirá en una maldición, o más bien en un cargo de conciencia constante, que no le dejará volver con los suyos por miedo a que no puedan aceptar esa parte oscura.
 

En el personaje de Élan, que más delante se autonombrará como Garth (guerrero), es bipolar. Desde su propia condición de elfo, que en Dracontrand tienen una parte animal y una parte bosque, hasta su condición de “asesino” nato que contrasta con su tendencia al bien (y que no comparto, siempre me gustaron más los protagonistas sin escrúpulos, pero eso es una cuestión personal de mi mente retorcida). De hecho tiene hasta su propio Pepito Grillo, en este caso una humana ciega llamada Tosebi, que aunque no estará presente físicamente en toda la novela influirá mucho en Élan.

La trama tiene todos los ingredientes clásicos de toda historia juvenil fantástica. Hay elfos, enanos, paladines, dragones y espadas mágicas (me encanta la espada mágica que encuentra Élan, en cierto modo es como si llevase un colgajín como los móviles, ¡qué moderno!). Y además se nota bastante la influencia del estilo rolero, aunque nunca fui muy adepta a estos juegos, sólo he jugado en un par de ocasiones y no sé por qué pero siempre muero muy pronto (será por mi tendencia a tirar de todas las palancas y abrir todas las puertas misteriosas).
 

Una novedad, quizás, es esa visión de los elfos como un individuo dividido entre dos estados, el animal, que se asemejaría más a la condición humana, y la vegetal o bosque (como se le llama en la novela), que estaría en contacto con el entorno natural y que potencia hasta el punto de que estos elfos en lugar de dormir entran en letargo estando en contacto con la tierra. Que por cierto, me surgen algunas preguntas al respecto. No me quedó muy clara la pose que adoptan al aletargarse, de hecho la imagen que tengo en mente es bastante poco glamurosa. Y otra cuestión es, ¿se ponen pijama?
 

*Espoiler*
Que conste que el asesinato cruel de las crías de dragón ha hecho que le ponga unas cuantas cruces a Élan. ¡Élan malo! Debería haber adoptado a los dragoncitos.
*Fin de spoiler*

En resumidas cuentas, es una novela juvenil muy entretenida, con un estilo muy cuidado y limpio que invita a seguir leyendo y que os recomiendo a todos los amantes de los elfos, la magia y la fantasía. Esperaré con ganas esa segunda parte, que sé que ya está en marcha y espero que vea la luz prontito.