Una de las novelas que marcaron mi juventud fue Hermana luz, hermana sombra. La leí justo el primer año de instituto, y en aquel momento me pareció absolutamente genial. Hace poco recordé esta historia, que había quedado bastante lejos en el cajón de los recuerdos y decidí releerla. Aquel fue un libro prestado así que pensé que sería buena idea hacerme con él, y su segunda parte (ilusa de mi). La primera edición es de 1988, y actualmente es prácticamente imposible conseguirla, a menos que la encuentres en librerías de segunda mano. Podéis encontrarla, sin embargo, en la red donde se puede leer en linea o descargarla en pdf.
La historia consta de dos partes: "Hermana luz, hermana sombra" y "Blanca Jenna". Entreteje en ambas partes historia, folclore y leyenda con una brillante y compleja narrativa, aunque fácil de seguir. La primera parte relata la niñez de la protagonista, una niña huérfana de tres madres adoptada por una congregación de "amazonas". Nos guía por la niñez de Jenna desde que nace hasta que alcanza la edad suficiente para abandonar su congregación (como es tradición para las hijas de Alta) para visitar el resto de congregaciones repartidas por el reino. Según la leyenda Jenna es la Anna, la diosa blanca reencarnada, y así lo creerán casi todos, y seguirán a la Blanca (en Blanca Jenna), que acaudillará el ejército contra el rey tirano, junto al verdadero heredero.
Las hijas de Alta guardan un secreto, sus hermanas sombra, que ellas mismas llegado el momento las invocan del mundo de las sombras. Hermanas gemelas que las completan como mujeres aportándoles a su propio carácter esa parte que todos reprimimos.
También es una visión objetiva de como un hecho, o una leyenda, al ser releída pierde o varía su significado. De este modo la profecía sobre Jenna se irá interpretando conforme ocurren los hechos.
Es un relato casi adictivo, una aventura que nos demuestra que el mundo puede cambiarse con valor y empeño, y un puñado de mujeres guerreras.
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